El riesgo de propagación de la sarna llama a extremar la vigilancia en el Alto Palancia

Medio Ambiente confirma que, «de momento» en la comarca no hay casos confirmados, aunque la enfermedad está en clara expansión

Imágenes de las cabras en Jérica

Imágenes de las cabras en Jérica

Jérica

A la preocupación que suscita la presencia de cabras silvestres en el casco urbano de Jérica, por los daños que pueden provocar en las viviendas, al desplazarse por el municipio de tejado en tejado, se suma la de las enfermedades que puedan transmitir unos animales salvajes que, si bien ya merodeaban por el municipio desde hace meses, estos días han proliferado en número y visibilidad.

De todas las dolencias que puedan sufrir estos ungulados, la más conocida y que más estragos está provocando entre las poblaciones de la especie en la provincia de Castellón es la sarna. El servicio de Caza y Pesca de la Conselleria de Medio Ambiente confirma que las cabras «están viéndose afectadas por un brote de sarna en varias zonas de la provincia, donde su población está en regresión, pero mantiene una población estable en el Alto Palancia, donde no hay constancia de ejemplares enfermos, de momento».

El veterinario del CEU Cardenal Herrera, Jesús Cardells, uno de los especialistas que está realizando un seguimiento de la sarna en la provincia, asegura que «es cuestión de tiempo». Los síntomas de la dolencia se hacen visibles con la llegada del invierno, dado que los animales se contagian durante la época de apareamiento, en otoño. Cardells afirma que puede ser cuestión de un año, de dos o del próximo invierno, pero acabarán llegando a la comarca, porque la expansión es una realidad.

En febrero del año pasado, Cardells expuso el mismo argumento cuando se confirmó un foco de contagios en el Alto Mijares, en aquel momento localizado en Argelita. Entonces ya advirtió de que era cuestión de tiempo que la infección se propagara, como pasó cuando se dieron los primeros casos en Els Ports, en el 2019, provinientes de Tarragona. Es una evolución «lógica», expuso en ese momento. Esa misma lógica es a la que apela para el Alto Palancia. El territorio «no tiene barreras físicas importantes, no hay freno natural». Los animales silvestres buscan nuevas zonas en las que vivir y se convierten en portadores y transmisores de la infección.

Riesgos para la salud

El principal riesgo de la enfermedad es para las propias cabras, que al no poder ser sometidas a tratamiento -por diferentes circunstancias-, acaban muriendo. Jesús Cardells siempre ha defendido que el contagio en animales domésticos o personas «tienen una buena respuesta al tratamiento», lo que no quita que exista preocupación.

Así lo expone un pastor de cabras domésticas de la localidad, al señalar que «puede que ahora a algunas personas incluso les haga gracia verlas saltando por los tejados, pero se pasean por los parques y si tienen sarna, acabarán contagiando a otros animales o a algún niño». Asegura que cuando, «hace varios años», empezaron a verse cabras montesas por el término municipal, tuvo a varios de sus animales enfermos de sarna. Les estuvo dando tratamiento «durante un año» y se recuperaron sin mayores problemas.

Corrobora que se las encuentra a menudo y no ha visto a ninguna con sarna «pero ahora no es época». Sabe que más pronto o más tarde empezarán a aparecer casos.

En cualquier caso, la Generalitat ha informado esta semana de que, como medida de control de la población de esta especie en Jérica, se han incrementado los cupos para la caza, de manera que se pueda regular la población. Se calcula que pueda haber en torno a 1.000 ejemplares en la zona. 

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents