Pepe Rodríguez, de 'Masterchef', se convierte en el embajador de un producto gastronómico estrella en Castellón
"Prometo ser un embajador fiel y vestir el langostino de Vinaròs de manchego en mi restaurante", explica el famoso chef

Javier Flores
El reconocido cocinero Pepe Rodríguez, galardonado con una estrella Michelín en su restaurante El Bohío y jurado en el programa de TVE Masterchef ya es embajador del langostino de Vinaròs 2025. El auditorio municipal Ayguals de Izco acogió este jueves el acto de entrega dentro de una renovada ‘Noche del Langostino de Vinaròs’, en un evento especial pensado para ensalzar el producto estrella de la gastronomía vinarocense y reforzar su reconocimiento a nivel nacional.
Tras los parlamentos iniciales del director general de Turismo, Israel Martínez, y de la concejala de Turismo de Vinaròs, Mercedes García, la periodista Emma Bas presentó una breve biografía de Pepe Rodríguez, que seguidamente subió al escenario, donde se le realizó una entrevista.

Pepe Rodríguez, junto a la periodista Emma Bas. / Javier Flores
"Es un reconocimiento del pueblo de Vinaròs"
El nuevo embajador aseguró que aceptaba el premio “como un reconocimiento del pueblo de Vinaròs, con todo el cariño del mundo y prometo ser un embajador fiel” y que a partir de ahora “intentaré vestir el langostino de Vinaròs de manchego en mi restaurante, porque cuando uno tiene un producto extraordinario como el langostino de Vinaròs, hay que llevarlo a tu cocina. Voy a buscar mis sabores para vestirlo con el sabor del langostino de Vinaròs y que salga una maravilla de plato. Ese es el reto”.
En la entrevista, preguntado por si conocía Vinaròs y su langostino, Rodríguez señaló que “había escuchado hablar del langostino de Vinaròs, pero no lo conocía como producto, porque no lo tenemos en Illescas. Y sabía dónde estaba Vinaròs porque supe antes dónde estaba Benicarló y vi que estaba al lado. También sabía que las alcachofas con los langostinos funcionaban muy bien juntos en un plato”.
Tradición familiar
Rodríguez también explicó la tradición familiar de su restaurante en Illescas y sus recuerdos desde pequeño. “Yo tenía que pasar por la barra del bar para entrar a casa, si estaba haciendo deberes, me llamaba mi padre para echarle una mano, cuando dormía, notaba los olores de lo que se cocinaba…todo era una manera de vivir en un entorno familiar muy volcado en la hostelería, en un bar de carretera que luego entre mi hermano y yo hemos ido renovando y perfilando y transformando hasta llegar al restaurante que es hoy, gracias a todo lo que íbamos aprendiendo al salir de casa”, indicó.

Foto de la demostración gastronómica que hubo durante el acto. / Javier Flores
De sus inicios con la familia en la cocina y la posterior formación que recibió con Martín Berasategui o Ferran Adrià, explicó que “yo estaba de camarero con mi hermano, los cocineros que habían pasado por casa no duraban mucho tiempo y no hacíamos un equipo. Entonces decidimos mi hermano y yo cocinar, y lo empezamos haciendo un día él y otro día yo, y así estuvimos varios días hasta que decidí quedarme yo en la cocina”.
El motivo de esta decisión, su timidez. “Yo he sido un chico muy tímido, pero eso es algo que se puede llegar a cambiar. El trato con el público no se me daba muy bien y en la cocina encontré la felicidad. Creo que el primer motivo por el que entré en la cocina fue por mi timidez, aunque de eso me di cuenta más tarde. Así que empecé cocinando preguntándole a mi madre, pero quería saber más. Aprovechaba los meses de agosto, cuando cerrábamos para aprender. Por contactos, un amigo me mandó a un restaurante vasco en Madrid, pero también me supo a poco. Y entonces este amigo me habló de Ignacio Muguruza, y un agosto fui a trabajar con él a Benalmádena. Muguruza siempre decía que la primera letra del abecedario de la gastronomía empieza por la B de Berasategui. Yo no tenía ni idea de quien era. Al año siguiente, un mes de agosto, pude contactar con él y trabajé en el Bodegón Alejandro, y al siguiente en el restaurante de Lasarte. Entre ese tiempo, gracias a Berasategui pude conocer a Ferran Adrià, y nos fuimos un fin de semana a comer en su restaurante, El Bulli. Eso nos cambió un poco la vida, porque solo entrar en su cocina la impresión era como entrar en una farmacia, todo aséptico, sin fuegos, no era una cocina al uso. Y lo que vimos y comimos nos marcó para toda la vida. Era todo tan diferente a lo que habíamos comido en los grandes restaurantes que nos marcó. Desde entonces siempre fuimos a El Bulli a ver cosas nuevas y aprender. Berasategui y Adrià son dos bestias de la cocina que han transformado la gastronomía en el mundo. Los adoro”.

La alcaldesa, Maria Dolores Miralles (d), y la concejala de Turismo, Mercedes García, junto a Pepe Rodíguez. / Javier Flores
También recordó cuando se otorgó su primera estrella Michelín, hace ya 26 años en su establecimiento. “Nos dieron una estrella Michelín en un mesón precario, y no sabíamos muy bien qué significaba, pero nos dio más fuerzas para seguir. Nos sorprendía que a partir de entonces no venía ya solo gente de la zona sino de muchas partes del país”.
Como consejos para los estudiantes de cocina, destacó “el trabajo y la pasión, y a partir de ahí, ellos verán su camino. Que sepan que lo importante realmente es que el cliente se vaya satisfecho, que busquen en este oficio una manera de vivir y ser felices”.
Llegó a 'Masterchef' por casualidad
De su participación en Masterchef, aseguró que llegó al programa por casualidad. “Ya dije que era muy tímido, y la televisión ni la veía ni me interesaba. Salí en algún programa en Canal Cocina, pero no me gustó ponerme ante la cámara y no quise continuar. Pero casualidades de la vida, me llamó Ana Ribas para explicarme el formato de Masterchef. Quedamos un día para hacer un programa piloto con Jordi y Samantha, a los que no conocía, estuvimos más de 10 horas grabando y cuando llegué a casa recuerdo que le dije a mi mujer que ojalá no me llamaran. Al cabo de un mes, me llamaron para decirme que había estado genial. Y ahí sigo después de 37 ediciones y 12 años. Es un fenómeno social, que pasará a la historia de la televisión y estoy feliz de haber estado ahí porque ha animado a mucha gente a cocinar. También ha servido para dignificar la alta cocina”, indicó.
Concurso de Cocina
Tras la entrevista hubo un pequeño concurso demostración de tres estudiantes de cocina vinarocenses, David Ortega, Toni Codina y Marina Puig, con el langostino de Vinaròs como producto estrella del plato. Tras la breve deliberación del jurado, formado, además de por Pepe Rodríguez por los chefs y miembros de la asociación Vinaròs Gastronòmic, Rubén Miralles y Dolors Castell, el plato de Martina Puig (Langostino milhojas con carpaccio de langostino macerado en licor con esferificaciones de bisque) fue escogido como el más sabroso y Rodríguez le puso el delantal y la premió con una cena para dos personas en El Bohío.
El acto se inició con bastante más de una hora de retraso, pasadas las 21 horas, debido al corte ferroviario que hubo en la estación de Chamartín tras un descarrilamiento.
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