Barcos de Vinaròs remolcan atún rojo para dos gigantes de la pesca
Tres embarcaciones transportan jaulas llenas con destino a las firmas Balfegó y Grupo Ricardo Fuentes, líderes de la pesquería de cerco

Una de las embarcaciones que remolcan jaulas llenas de atún rojo para dos grandes empresas mundiales. / Javier Flores
Tres barcos de arrastre con base en el puerto de Vinaròs han sido contratados para remolcar jaulas llenas de atún rojo vivo capturado en alta mar. El destino son las dos grandes empresas que dominan la pesquería de cerco en España: Balfegó (L’Ametlla de Mar) y Grupo Ricardo Fuentes (Murcia).
Los arrastreros vinarocenses ya han desembarcado los utensilios habituales del bou para adaptar sus embarcaciones al transporte mercante, tras recibir los permisos de Capitanía Marítima. Permanecerán en el mar más de tres semanas sin tocar tierra.
La pasada campaña ya fueron los mismos tres barcos, y dos de ellos estuvieron dando remolque a las jaulas durante casi un mes, pero el tercer barco estuvo en un principio dos meses y luego otros dos meses más en sustitución a otros barcos averiados de otras poblaciones.
Detalles del proceso
Desde hace más de una década, las embarcaciones cerqueras de estas dos empresas líderes mundiales cuando llegan estas fechas se dedican a capturar con redes los grandes bancos de atunes que desde el Atlántico entran en el Mediterráneo para realizar sus funciones reproductoras. Al ser capturados en alta mar, esta flota mantiene los atunes vivos para que posteriormente puedan ser traspasados por debajo del agua directamente a las grandes jaulas que tienen preparadas a su lado.
Luego, a estos barcos vinarocenses contratados, les queda la lenta tarea de transportar remolcando a muy poca velocidad, la jaula correspondiente con los túnidos en su interior nadando. Es necesario navegar muy despacio para que los peces tengan holgura para maniobrar y de este modo no se estresen ni se apiñen, de lo contrario podrían morir y cambiaría totalmente su valor económico.
Dependiendo de donde se hayan capturado estos atunes -ya sea cerca de la costa murciana o la balear- a los barcos vinarocenses les quedan muchas millas que recorrer, dando remolque de las capturas hasta las fijas granjas de engorde que hay frente al litoral de L’Ametlla de Mar, para traspasar estos peces a los grandes cercados fijos de la granja.
Allí, los atunes tienen más espacio para vivir el resto del año, o el tiempo requerido hasta que son sacados (pedidos a la carta o calibre) para sacrificarlos y mandarlos con avión a Japón, EE.UU. u otros países. Cada campaña de pesca dura entre tres y cuatro semanas. Durante este periodo las tripulaciones siempre están a bordo en el mar sin poder desembarcar a tierra.
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