Nueva playa para perros en el interior de Castellón

El Ayuntamiento acondiciona una zona de baño para mascotas en el paraje de El Molino, además de chiringuito y aparcamiento para ordenar el turismo de interior

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Mediterráneo

Castellón

Un pequeño pueblo de Castellón con apenas 214 habitantes censados ha decidido dar un paso adelante en su apuesta por el turismo de interior. Este verano ha habilitado, por primera vez, una zona de baño para perros en uno de sus espacios más emblemáticos: el paraje natural de El Molino, junto al río Mijares.

Se trata de Cirat, cuyo Ayuntamiento cree que se trata de la única playa continental para mascotas de toda la comarca del Alto Mijares, y confía en que se convierta en un atractivo más para los cientos de visitantes que cada verano llenan la localidad.

Imagen de la playa fluvial en el paraje de El Molino, habilitada este año para el baño de mascotas, la primera con este uso específico de la comarca.

Imagen de la playa fluvial en el paraje de El Molino, habilitada este año para el baño de mascotas, la primera con este uso específico de la comarca. / Mediterráneo

El proyecto forma parte de una intervención más amplia con la que el Ayuntamiento busca ordenar el uso del río y su entorno, sobre todo en los meses de mayor afluencia. «Aquí solo tenemos monte y río. Si no lo cuidamos y lo aprovechamos, no podremos atraer visitantes ni generar movimiento en el pueblo», explica el alcalde, Pascual Salines.

Cirat cuenta con tres zonas de baño: La Fuente de la Salud, en la parte alta del cauce, recuperada tras años en desuso; la playa del Puente, en la zona media; y la del Molino, que por primera vez permitirá el acceso con mascotas. Además, este año han montado un chiringuito, para el que el Ayuntamiento busca gestor.

Tarifa simbólica

Para evitar el descontrol en los accesos, el consistorio ha creado un aparcamiento, que funcionará con una tarifa simbólica para ayudar a financiar el mantenimiento del entorno. El objetivo es impedir que se aparque en zonas inundables o en espacios próximos al cauce.

Aunque Cirat y su pedanía El Tormo suman poco más de 220 vecinos en invierno, en verano la cifra se dispara hasta los 3.000. El motivo: más de 800 viviendas de segunda residencia, propiedad de personas que emigraron en su día a Valencia, Castellón o Barcelona, y que ahora regresan para pasar las vacaciones o los fines de semana.

Ahora, con la nueva zona de baño para perros, Cirat se suma a la tendencia del turismo pet friendly y se posiciona como destino de naturaleza con servicios cuidados y adaptados a nuevas formas de disfrutar del entorno rural. 

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