La provincia de Castellón vive una tradición común con la fiesta del Corpus Christi

Juan Francisco Roca

Castellón

Dice la RAE que una tradición es una transmisión de ritos o costumbres hecha de generación en generación, definición a la que se ajusta a la perfección lo que ha sucedido este domingo en la práctica totalidad de municipios de la provincia, donde han celebrado los actos propios de la festividad del Corpus Christi, con particularidades de cada población, pero una coincidencia fundamental, un rito religioso que la Iglesia instituyó en el siglo XIII y que ha perdudado en el tiempo.

La parte común de la tradición fueron las misas que conmemoran, como describe el catolicismo, la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, y las procesiones de exposición del Santísimo. Así ha sido, por citar algunos ejemplos entre tantos, en Villahermosa del Río, Moncofa, l’Alcora, Peñíscola, Almassora, Benicarló, Alcalà de Xivert, l’Alcora, Burriana, Onda o Llucena donde han montado los típicos altares a lo largo de sus respectivos itinerarios, con especial protagonismo de los niños y niñas de Primera Comunión.

Mención especial merece por sus peculiaridades la celebración de Morella, con la participación de más de 300 personas que han dado vida a todos los elementos de la simbólica comitiva, en su típica representación de los cuadros bíblicos. 

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