Buscan explicación a un atípico vertido de residuos en un barranco de la Vall d'Uixó

Como ya sucediera con el cauce de Aigualit, donde tiraban la basura los okupas de un edificio, el Ayuntamiento ha tenido que asumir la limpieza

Material aparecido en un amplio tramo del barranco de Sant Josep entre la Vall y Alfondeguilla.

Material aparecido en un amplio tramo del barranco de Sant Josep entre la Vall y Alfondeguilla. / PASCUAL MARTÍNEZ BOIX

La Vall d'Uixó

Una advertencia ciudadana puso en conocimiento del Ayuntamiento de la Vall d’Uixó la existencia de un atípico vertido de residuos en un tramo del barranco de Sant Josep, entre este término municipal y el de Alfondeguilla. Repartidos en montones a lo largo del recorrido, decenas y decenas de trozos de cableado de telecomunicaciones, según precisan testigos.

El concejal de Medio Ambiente, Marc Seguer, explica que en cuanto supo de la existencia de los restos en el cauce, dio traslado a la Policía Local para que iniciaran una investigación, a fin de definir la naturaleza del vertido e identificar a los responsables.

Una de las primeras gestiones fue averiguar a través de la Concejalía de Urbanismo si en la zona se había dado algún tipo de autorización para realizar una instalación de telecomunicaciones.

Descartada esa posibilidad, la investigación se ha centrado en tratar de averiguar quién ha podido tirar ese tipo de material y en esa cantidad a lo largo del cauce, porque la ley establece que es el autor el que debe responsabilizarse de manera directa o indirecta, pero «no hemos podido encontrar quién ha sido», al menos por el momento, precisa.

La zona donde se ha realizado el vertido se encuentra entre la Vall d'Uixó y Alfondeguilla.

La zona donde se ha realizado el vertido se encuentra entre la Vall d'Uixó y Alfondeguilla. / PASCUAL MARTÍNEZ BOIX

La decisión que ha tomado Seguer ha sido ordenar la retirada de los residuos por parte del Ayuntamiento para que no permanezca en el barranco por más tiempo. De este modo, una vez más, será el dinero público el que se gastará para subsanar los comportamientos medioambientalmente ilegales.

Comportamientos que suponen una sagría de fondos públicos difícil de preveer, porque nunca se sabe cuándo y dónde aparecerá el siguiente vertido y cuál será su naturaleza. El caso más reciente en el que tuvo que implicarse el Ayuntamiento gastando dinero del presupuesto municipal para la limpieza fue el del barranco de Aigualit, donde los okupas de un edificio de la calle Alfondeguilla tiraban su basura.

En aquel momento, la Confederación Hidrográfica del Júcar ya advirtió de que la gestión de residuos es una competencia municipal y a quien podían imponérsele sanciones si no se retiraban los residuos acabaría siendo el consistorio

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