Restauran pinturas de finales del siglo XVIII en una ermita de Castellón
Buscan financiación con el fin de seguir con las intervenciones para completar la rehabilitación

Antes y después de una de las pechinas restauradas. / Héctor Gozalbo

Culminan los trabajos de la segunda fase de restauración de la ermita de Sant Antoni Abat de Llucena. Con esta intervención, el proyecto de rehabilitación alcanza su ecuador. Las últimas actuaciones se centraron en la conservación de las pinturas murales y decoraciones interiores, datadas entre finales del siglo XVIII y principios del XIX.
La hoja de ruta, autorizada por la Conselleria de Cultura, contempla una inversión total de 104.715,48 euros entre todas sus fases.

Los trabajos se han centrado en recuperar las pinturas murales, la cúpula central y las bóvedas. / Héctor Gozalbo
En la última intervención han restaurado las pinturas murales, los recubrimientos de los paramentos y han trabajado en zonas especialmente deterioradas por filtraciones y humedad. Uno de los elementos más relevantes ha sido la recuperación de una de las pechinas, en la que se representa el encuentro entre San Antonio Abad y San Pablo ermitaño, cuya escena estaba parcialmente perdida (como puede apreciarse en las imágenes adjuntas).
También se ha actuado en la cúpula central, las bóvedas del crucero y del altar mayor, así como en sus guirnaldas y rosetones.
Las catas realizadas han permitido reacondicionar decoraciones originales, como plafones fingidos en los zócalos y marmoleados en las basas de las pilastras. Asimismo, han respetado y reproducido encintados azules que decoran el conjunto del templo.

Aspecto del interior de la ermita de Llucena. / Héctor Gozalbo
El presupuesto de la segunda fase ha sido de 34.354,75 euros (sin IVA), pero queda restaurar el altar mayor, datado en el siglo XVIII, los capiteles y los querubines.
Bien de relevancia local
Este templo, de origen medieval y reformado en el siglo XVIII, es Bien de Relevancia Local. La primera fase, iniciada en febrero, permitió eliminar humedades en la cúpula y bóvedas, instalar por primera vez electricidad, cerrar dos ventanas bajas y abrir otra en la parte superior, con alabastro para sustituir los cristales.
El alto coste de las obras pendientes sigue siendo un reto. Hasta la fecha, han recaudado 6.520 euros con aportaciones de juntas parroquiales, calles y asociaciones locales. A ello, se suman donativos de particulares, del obispado de Segorbe-Castellón (11.011,30 euros) y de la parroquia (6.000 euros). Organizarán este verano conciertos y otras citas para recaudar fondos.
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