El queso es un alimento que forma parte de la dieta de multitud de hogares de Castellón, aunque en muchos casos quienes lo consumen desconocen en realidad cuáles son sus propiedades. Este producto es un elemento importante dentro de una alimentación completa y equilibrada, aunque un abuso puede tener efectos nocivos para el organismo.

Los expertos en nutrición recomiendan un consumo de aproximadamente 30 gramos de queso diarios, una cantidad que ya satisface el aporte lácteo necesario para el organismo. La principal característica del queso, en todas sus variantes, es el alto aporte de calcio y de fósforo. Así, una porción de unos 100 gramos de producto equivale a unos 1.000 miligramos de calcio, cantidad que resulta en general más que suficiente para cubrir el requerimiento diario de este mineral.

Aunque no siempre se haya considerado así, el queso es un alimento que conviene consumir en todas las etapas de la vida. Mientras los niños pueden combinar su consumo con el de la leche e incluso aumentarlo hasta unos 40 gramos diarios, para ayudar a la formación de los huesos y los dientes, los adultos, que por lo general suelen tomar mucha menos leche, encuentran en el queso un magnífico sustituto para la conservación de su esqueleto y la prevención del desgaste óseo. Un peculiaridad que es especialmente importante en las personas de más edad, por la incidencia que en ellas tiene la osteoporosis y el mayor riesgo de sufrir fracturas de huesos.

EMBARAZO Y LACTANCIA

Las mujeres embarazadas también encuentran en el queso un buen aliado para cubrir el mayor requerimiento de calcio que se da tanto en el embarazo como a lo largo del periodo de lactancia. El queso, además es una alimento que destaca por contener proteínas de muy buena calidad. Como sucede, por ejemplo, en el caso de las carnes rojas, este aporte ayuda a formar, reparar y mantener los distintos tejidos del cuerpo.

Así, por ejemplo, en 100 gramos de queso parmesano existen hasta 40 gramos de proteínas; en la misma cantidad de queso manchego curado, unos 36 gramos aproximadamente, y en el queso azul, unos 21 gramos de media. Conviene, eso sí, tener en cuenta que las personas que ya consumen muchas carnes rojas y grasas deberían limitar más la ingesta de queso, pues ya tienen cubiertas en gran medida sus necesidades proteicas y no les conviene añadir nuevas grasas a su dieta.

En cuanto a las vitaminas, en el queso se encuentran las del grupo A, D, B12 y B2, que, entre otras muchas propiedades, protegen de las infecciones, cuidan la piel, ayudan a mejorar la cicatrización y favorecen además el buen funcionamiento del sistema nervioso.

GRASAS DE ORIGEN ANIMAL

Con las grasas que aporta el queso, es importante señalar que estas son de origen animal, lo que significa que son saturadas y que su consumo excesivo esta desaconsejado porque podría favorecer las enfermedades cardiovasculares, el sobrepeso y la obesidad. En todo caso, la opción más saludable es elegir preferentemente los quesos frescos desnatados, precisamente por su menor contenido graso. Este consejo es válido tanto para las personas adultas como para los niños, ya que en este tipo de quesos solo ven modificado su contenido graso y conservan en cambio las vitaminas y los minerales. En la provincia de Castellón destacan los quesos de Catí, Benassal, Almedíjar y Almassora, entre otros.

Las personas con intolerancia a la lactosa deben tener también cuidado con el queso, eleminándolo de la dieta o restringiendo sustancialmente su consumo. H