El presidente de Bancaja, José Luis Olivas, dimitió ayer. La noticia era ya un secreto a voces en los últimos meses, pero se ha precipitado después de que Bankia y el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz del SIP surgido tras la integración con Caja Madrid, Canarias, La Rioja, Segovia, Laietana, Ávila y la propia Bancaja, fuera intervenida la semana pasada por el Banco de España y próximamente nacionalizada, para evitar problemas de solvencia. Esta acción conllevó la dimisión del presidente Rodrigo Rato.

El castellonense y exalcalde socialista Antonio Tirado es quien asciende a la presidencia de la enseña, una decisión que ya ha levantado ampollas, pese a su transitoriedad, dado que la entidad camina hacia su disolución: con el nuevo reparto de pesos, con el Estado de máximo accionista, el peso de Bancaja quedará por debajo del 25%, lo que implicará que se tengan que transformar en fundación, perdiendo su carácter de entidad financiera.

CUESTIONADO // La dimisión de José Luis Olivas ha sido el culmen de un trágico desenlace, el generado por el desencuentro que mantuvo desde el primer día con Rodrigo Rato por la elección de los consejeros en Bankia y BFA, que terminó con su airada salida de la entidad, donde ostentaba la vicepresidencia. El 28 de octubre del 2011, y por sorpresa, Olivas también anunció su dimisión como presidente del Banco de Valencia. La decisión se produjo una semana antes de que el Banco de España interviniera el banco de referencia en la Comunitat, controlado por el Grupo Bancaja.

Ahora, con Rato fuera de Bankia, Olivas no ha tenido más remedio que rendirse y ceder un cargo que ocupaba desde enero del 2004, nombrado por el PP como pago a los servicios prestados en su etapa de conseller y presidente del Consell (del 24 de julio del 2002 al 25 de mayo del 2003), entre Zaplana y Camps.

Ayer, José Luis Olivas, dijo en el consejo de administración que su objetivo siempre ha sido “defender los intereses de Bancaja y su grupo” hasta “el último día”, a pesar de la “incomprensión” que generaron algunas de sus decisiones. También afirmó que ha servido a la entidad con “lealtad, dedicación y desinterés personal” y pidió disculpas por los “errores” cometidos, no sin antes subrayar la transparencia de Bancaja a la hora de valorarse para su integración en Bankia, después cuestionada por el propio Rato. Olivas cobró en 2011 unos 1,6 millones.

La reunión fue tensa y extensa. Duró casi 4 horas y se estudiaron dos propuestas para sustituirle: según ha sabido Mediterráneo, la de Antonio Tirado (vicepresidente primero a propuesta del Consell, fruto de su proximidad en los últimos años al PP) y la de José María Mas Millet (vicepresidente segundo, por las corporaciones municipales). Ninguno aceptaba el cargo, conscientes de lo delicado de la situación. Al final, y como marcan los estatutos, Tirado tuvo que aceptar la presidencia.

TIRADO, investIgado // La noticia fue muy mal recibida en el consejo --los consejeros del PSOE anunciaron que votarían en contra--, después de que los accionistas del Banco de Valencia, del que era vicepresidente, hayan ejercido la acción social para depurar responsabilidades --y también la de Olivas y otros directivos-- y un grupo de pequeños accionistas también ha presentado una querella que ha sido admitida a trámite. También el FROB investiga su gestión por sus propios medios. Antonio Tirado fue uno de los fundadores de Bancaja y cobró 410.000 € en el 2011. H