El presidente del Consell, Ximo Puig, pidió este martes que reconsidere su decisión de no acudir a la manifestación convocada para el 28 de octubre por una financiación justa a la lideresa del PPCV, Isabel Bonig, en la misma jornada en la que esta tachó la movilización de «escrache clarísimo al PP», por su itinerario, que acabará en la plaza de América, donde tienen su sede los populares.
La protesta de la valldeuxense llegó hasta los sindicatos organizadores, quienes por la tarde ya anunciaron que estudiarán un posible cambio para el cierre de la citada manifestación.
Puig insistió en que se trata de una marcha que debe ser «a favor del pueblo valenciano, no contra nadie». Reiteró que «no puede ser, no debería ser» una manifestación contra nadie sino en defensa del interés general de los valencianos, y así lo han acordado los empresarios y los sindicatos en un manifiesto.
Por su parte, Isabel Bonig indicó que, tras ver el recorrido de la movilización del próximo 28 de octubre, no le cabe «la menor duda» de que se trata de «una manifestación contra el PP», y anunció que llamaría al president de la Generalitat para mostrar su queja.
Recordó que en València ha habido marchas contra la corrupción que han acabado en la sede del PPCV, lo que les puede gustar «más o menos» aunque tienen que «asumirlo», pero rechazó que se haga lo mismo con un acto que pretende ser «un instrumento de unión» en palabras de la vicepresidenta, Mónica Oltra.
Bonig aseguró que está «bastante indignada» por esta situación y que «se está, otra vez más, apuntando al partido mayoritario de esta Comunitat, no lo olvidemos». Además, criticó que la Plataforma pel dret a decidir haya apoyado que la del día 28 sea «una gran manifestación y que acabe en la sede del PP», y aseveró que ella no quiere «ir detrás de banderas esteladas ni republicanas», ni como presidenta de su partido va a ir a «hacer un escrache al propio Partido Popular».
Desde UGT y CCOO negaron que haya ninguna intencionalidad en un recorrido que aún no es definitivo y puede cambiar.
