La quinta ola ha sido apodada como la ola joven. El grupo de entre 10 y 29 años concentra aproximadamente la mitad de los contagios registrados desde el fin del estado de alarma y la tendencia va en aumento. Si sumamos a los treintañeros a la ecuación, representan más de dos de cada tres casos. La proliferación de fiestas y de comportamientos irresponsables ha puesto el foco sobre este colectivo y las últimas restricciones, centradas en eliminar el botellón y las salidas nocturnas, son una buena muestra de ello. Pero hay otro factor que influye en este nuevo escenario: son los grupos de edad donde menos ha avanzado la vacunación, que además de proteger ante el virus también es una herramienta para contener la transmisión.

El experto en Salud Pública de la Fundación Fisabio, Salvador Peiró, entiende que el hecho de que la incidencia esté disparada entre los jóvenes responde a una combinación de ambos factores: los hábitos sociales pero también su falta de inmunidad. De hecho, recuerda que existen estudios que constatan que la vacuna actúa también como barrera ante el contagio. En el caso de la variante Alpha la reducción es de un 80% y en el de la Delta, la mayoritaria ahora en la Comunitat Valenciana, de entre un 50 y un 60 %.

Por eso, que del aproximadamente 1,5 millones de valencianos que quedan pendientes de iniciar su pauta de inmunización, 1,3 millones (82 %) sean personas de entre 10 y 39 años también influye en cómo está cambiando la pandemia en los últimos meses. Los positivos son más jóvenes y, al tener a los vulnerables vacunados, la presión hospitalaria ahora se traslada sobre todo a la atención primaria.

La distribución de los contagios en el mes de julio en la Comunitat Valenciana evidencia este cambio de fase. Más de 15.000 de los 22.701 contagios reportados por la Conselleria de Sanidad en ese plazo se han dado en personas de entre 10 y 39 años, casi un 70 % del total cuando desde el inicio de la pandemia apenas representan el 39 %. Son las tres únicas franjas que aumentan su incidencia, aunque a ritmos distintos.

Los adolescentes y jóvenes (de 10 a 29 años) duplican su incidencia y pasan de suponer el 25 % de los casos a más del 50 %. Del primer grupo apenas se ha iniciado la pauta de vacunación en el 1 % de los casos y del segundo, en el 11 %. Por su parte, la incidencia en treintañeros, franja en la que está inmunizando estas semanas Sanidad, repunta un leve 3 %. Aquí un tercio ha recibido una dosis y el 11 %, la pauta completa.

Del resto de grupos etarios solo el de 40 a 49 años sigue sin inmunidad de grupo, al contar con un 48 % de sus miembros con la pauta completa. A partir de ahí, todos superan ampliamente el 80 %. La importancia de la vacuna como freno de la transmisión también se refleja aquí: la franja de 50 a 59 años ha pasado de representar el 14,6 % de los casos al 6,6 %; la de 60 a 69, del 9,7 % al 4 %; la de 70 a 79, del 6,3 % al 1,5 %; la de 80 a 89, del 4,3 % al 0,9 % y los mayores de 90, del 1,4 % al 0,3 %.

Ese desplome de los contagios entre la población más mayor ha sido decisivo para reducir también la mortalidad y la presión hospitalaria. Así, mientras los 30.986 positivos reportados entre el 15 de junio y el 15 de julio se traducen ahora en 19 fallecidos, ese mismo número de contagios en febrero comportó 982 muertes.

En todo caso, aunque en esta ola son los jóvenes quienes se contagian, los decesos se siguen produciendo entre los más mayores. De esas 19 muertes por covid en los últimos 30 días, seis han sido en personas mayores de 90 años, dos en octogenarios, tres entre los 70 y los 79, cinco en edades de entre 60 y 69 años, dos entre 50 y 59 y una en la franja de 40 a 49.