Rubén Martínez Dalmau llegó a lo alto de la candidatura de Unides Podem en las últimas elecciones autonómicas con el mensaje de que su paso por la primera línea política estaba limitado a una legislatura. Muy posiblemente, va a ser algo menos. El hoy vicepresidente segundo del Consell ha trasladado a sus más cercanos (y a algunos miembros del Ejecutivo) su intención de regresar a la vida universitaria de forma inminente, según ha podido confirmar este diario. Si no hay sorpresa, la salida se materializará en septiembre.

¿Qué ha pasado? El vicepresidente y titular de Vivienda considera que las políticas en este campo están diseñadas y puestas en marcha y que se abre un nuevo tiempo, superada la fase más dura de la pandemia. Es el momento de dejar paso y dar la oportunidad de un nuevo impulso en la gestión de Vivienda con la llegada además de los fondos europeos para la recuperación. Así lo ha trasladado a su equipo más cercano.

Ha pasado eso y también la larga y perdurable crisis interna en Podem. El deterioro de la relación con la dirección actual del partido en la Comunitat Valenciana se ha agudizado. El elemento final para la decisión ha sido un último desencuentro con Pilar Lima por la designación de la persona que ha de ocupar la secretaría autonómica de Justicia, puesto que corresponde a la formación y que está vacante desde la renuncia de Mireia Llobera hace más de tres meses.

Según el entorno de Dalmau, el vicepresidente segundo propuso a Lima dos nombres de su confianza y con trayectoria profesional contrastada: la jurista y ahora directora general en la vicepresidencia Adoración Guamán y la abogada Miriam Salmerón, que ha llevado la acusación popular en el caso Taula. Sin embargo, la dirección de Podem desestimó ambos nombres y se habría decantado por Antonio Palacián, un economista vinculado al cooperativismo y la economía circular.

Pulso interno

El nombramiento ha derivado así en un pulso interno en el que Dalmau rechaza el nombramiento de un hombre porque considera que por mestizaje en Justicia el cargo corresponde a una mujer y entiende que el perfil del elegido por Lima además no es el idóneo. Según algunas fuentes, la actual secretaria general y ministra, Ione Belarra, habría mediado para que ambas partes negociaran y acordaran un nombre. La versión del entorno de Martínez Dalmau es que Lima ha respondido con la instrucción a Dalmau de designar a su elegido.

Y ese es un puente que el vicepresidente no quiere cruzar. Considera que quedaría desautorizado a partir de ese momento, señalan fuentes próximas al alto cargo. Y, por ello, la decisión de abandonar. En su equipo admiten que, si no se hubiera producido este choque, no se plantearía dimitir y volver a su plaza de profesor titular de Derecho Constitucional en la Universitat de València.

No obstante, otras voces en Podem restan relevancia al problema en Justicia, aseguran que hay más nombres sobre la mesa y cuestionan que un vicepresidente pueda dimitir por un cargo de segundo escalón.

En todo caso, la renuncia es la evidencia de las discrepancias entre Martínez Dalmau y Pilar Lima y la actual dirección de Podem. Lima fue elegida coordinadora de la formación en junio de 2020 tras ganar por 38 votos de diferencia a la entonces síndica en las Corts, Naiara Davó, que contaba con el apoyo oficial del vicepresidente. La tensión creció además cuando en enero pasado el partido forzó un cambio en la Cámara para que Lima ocupara la portavocía en detrimento de Davó, que se resistió pero acabó a un lado.

Una crisis casi permanente

La decisión de Martínez Dalmau sería el último capítulo, por ahora, en una crisis casi permanente de Podem en la Comunitat Valenciana durante esta legislatura. En este contexto, para algunos el partido debía tener una actitud más beligerante en el Gobierno en determinadas cuestiones.

La dirección morada declinó ayer comentar las decisiones del vicepresidente, al que trasladó toda la responsabilidad de estas. Aseguró asimismo a este diario que a quien corresponde administrar los tiempos es a Ximo Puig.

La sucesión, a este respecto, podría estar encarrilada. Así, ya hay contactos (y un cierto consenso interno) para que el ahora director general de Inspección de Trabajo y Seguridad Social en el Gobierno de España, Héctor Illueca, sea el propuesto como nuevo vicepresidente. Illueca formó parte del grupo de apoyo a Lima en 2020 y mantiene una buena relación con Dalmau, que lo consideraría el recambio adecuado. En este sentido, también existiría acuerdo para no introducir demasiados cambios en el equipo de la vicepresidencia segunda una vez que había adquirido velocidad de rodaje tras un inicio difícil.

Una ventana abierta a una reforma que Puig rechaza

La posible salida del Gobierno valenciano de Rubén Martínez Dalmau da la oportunidad de una remodelación más amplia del Ejecutivo. Es algo que el president Ximo Puig podría valorar, pero es una posibilidad que ahora rechaza de plano, aferrado a la idea de que el Consell ha de estar centrado en la recuperación económica y la captación de fondos de la Unión Europea, algo que una renovación de equipos en las conselleries podría obstaculizar.

Fuentes de Presidencia manifestaron ayer que Puig mantiene su confianza plena en Dalmau, lo que da a entender que podría no aceptar la dimisión, o al menos manejar los tiempos y los modos. La idea que trasladan es clara: se trata de una crisis de Podem, no del Consell, y no debería afectar a las instituciones.

A pesar de la contundencia con que se ha expresado Puig en los últimos meses, otros dirigentes socialistas (e incluso otros miembros del Botànic) consideran oportuno seguir el ejemplo de Pedro Sánchez y abordar una remodelación una vez pasada la peor etapa de la pandemia. Habrá que ver la posición de Compromís al respecto: si considera cambiar alguno de sus cuatro consellers o no.

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El complicado calendario del otoño tampoco favorece empresas de esta naturaleza. Pasadas las Fallas de verano, espera (previsiblemente a final de mes) el debate de política general en las Corts, a mediados de octubre está el congreso federal del PSOE en València y un mes después, el congreso de los socialistas valencianos. Y enredado entre todo ello, la negociación entre los socios de la izquierda de los presupuestos de 2022: este proceso llevó en 2020 a la situación más tensa del Botànic en estos años.

No será esta la primera salida de un conseller a la que se enfrenta Puig. En la legislatura anterior, Carmen Montón dejó la Conselleria de Sanidad para asumir el ministerio del mismo ramo. El jefe del Consell optó por una intervención limpia, sin más afecciones en el Gobierno, y designó a Ana Barceló titular de Sanidad.