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JORNADA REIVINDICATIVA

Grito antifascista en una manifestación sin incidentes graves

El dispositivo especial movilizado para garantizar la seguridad fue de unos 1.000 policías nacionales

Una muixeranga encabezó una de las manifestaciones más multitudinarias de las cinco convocadas ayer y que recorrieron la ciudad de València. EDUARDO RIPOLL

La tensión que rodea las movilizaciones del Nou d’Octubre desde las agresiones ultras de 2017 y el aumento de los discursos de odio azuzados desde la extrema derecha en los últimos años forzó a las autoridades a elevar el nivel de alerta para evitar cualquier conato de incidente durante las manifestaciones que volvieron a celebrarse ayer en València tras el paréntesis de la pandemia.

Con más de un millar de agentes escoltando las cinco diferentes marchas que reunieron a unas 3.000 personas según Delegación de Gobierno en la Comunitat, al cierre de esta edición no se habían producido altercados y la tensión fue sensiblemente inferior a la de años anteriores. 

Según informó Delegación de Gobierno en un comunicado, no hubo detenidos, se realizaron 45 identificaciones y se cursaron cuatro sanciones por «desobediencia». Un saldo sensiblemente inferior al de la edición prepandemia de 2019, cuando la policía identificó a 130 personas y cursó 20 denuncias, o al de 2018 , cuando fueron 148 las identificaciones y 58 las propuestas de sanción.

La más multitudinaria de las cinco movilizaciones, la convocada por la Comissió 9 d’Octubre, denunció la «violencia fascista» y alertó de una «emergencia de extrema derecha» en España y en Europa. El portavoz de esta organización, Toni Gisbert, puso también el foco en las fuerzas progresistas valencianas, a las que exigió «defender en Madrid» asuntos como la lengua, la financiación y la reforma del modelo territorial ante las «tendencias recentralizadoras» que detecta en el Estado español.

La manifestación, en la que participaron diversas asociaciones culturales, sindicatos y partidos, partió desde la plaza de San Agustín pasadas las 18.00 horas y recorrió las calles Xàtiva y Colón hasta culminar en el Parterre, a los pies de la estatua de Jaume I.

Dispositivo policial

Durante el recorrido estuvieron fuertemente escoltados por una decena de furgones de policía tanto a la cabecera como a la cola. Los agentes solo tuvieron que actuar para alejar a dos pequeños grupos que se apostaron a diferentes alturas de la marcha para insultar a los participantes.

La Delegación del Gobierno en la Comunitat destinó cerca de 1.000 agentes policiales para garantizar que la manifestación vespertina discurría con seguridad. En total, para las cinco marchas diferentes convocadas, se movilizaron también 245 efectivos de la Policía Local de València.

Tanto desde la Delegación como del Ayuntamiento aseguraron que el amplio dispositivo se organizó «para asegurar el derecho a la libre manifestación». 

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