Candela Noverques tuvo su primer momento de gloria y fama con nueve años, cuando le pusideron la banda que la acreditaba como la primera entre los falleros infantiles de Morvedre. Ahora, con 24 años, se estaba haciendo un hueco en el mundo de la comunicación. Sin olvidar su tierra ni sus Fallas, a las que regresaba en cuanto el calendario lo permitía, disfrutaba en en una de las oficinas más pujantes, la de Bruno Fabra, un gurú emergente trabajando ya con influencers de primer nivel: Marta Lozano, Eugenia Silva, Nieves Álvarez, Carmen Jordá. Cada trabajo suyo, cada aparición suya en los títulos de crédito de un reportaje, lo celebraba el grupo de amigos.

La joven saguntina se había trasladado a Madrid a hacer carrera en la agencia de Bruno Fabra

Sin embargo, el domingo por la tarde, y después de no contestar llamadas ni mensajes, fue encontrada sin vida en su domicilio de Madrid. Desde allí, su madre, Rosario Gómez escribía un conmovedor mensaje para dar luz sobre lo sucedido, y que tiene su explicación en una patología cardíaca:

"A Candela le ha fallado el corazón. Creo que lo tenía demasiado grande de tanto darse a los demás y amar. Amar sin medida e incondicionalmente. Porque generosa en afectoa ha sido como nadie y por eso, donde ha pasado ha hecho amigos y ha sido feliz, inmensamente feliz".

"Madrid ha sido su paraíso. Junto con Londres, pero Madrid era futuro, proyectos, amigos, universidad, quedadas y la mejor compañía. Nuestra familia siempre os llevará en el corazón, por todo el amor que disteis a nuestra "canija" , empezando por Bruno Fabra, que tiró de ella y le dio la oportunidad de convertirse en cisne".

"Gonzalo Abad y resto del equipo de Fabra Comunicación, os amaba. Y, como no, su panda de la universidad (...) Me dejo a gente de prensa, de empresas y un sin fin de personas que tuvieron la suerte de estar con ella. Gracias Madrid, y gracias amigos y amigas aunque sea el viaje más amargo de nuestra existencia" concluye Rosario, conocida en los ámbitos políticos por haber sido, años atrás, jefa de gabinete de Esteban González Pons.

Mientras, las muestras de condolencia se siguen produciendo en la Junta Local Fallera de Sagunt, de la que su padre, Enrique Noverques, fue presidente, y en la falla Teodoro Llorente, a la que pertenecía. Tanto por lo inesperado del fallecimiento como por el gran momento que atravesaba Candela, así como por las numerosas amistades que había cultivado a lo largo de su vida, incomprensiblemente interrumpida. También la Junta Central Fallera se ha unido a las condolencias.