En un gobierno de coalición, los encontronazos no son pocos. Sin embargo, si una conexión ha generado especial tensión entre los socios de Consell del Botànic en estos siete años de pacto ha sido la de Gabriela Bravo y Mónica Oltra; una relación de alto voltaje de la que también ha sido partícipe Compromís y a la que esta semana se ha añadido un nuevo choque. Todo en plenas turbulencias por la remodelación de las principales caras del ejecutivo, en la que ambas no están señaladas para salir, un hecho que no hace más que darle todavía más picante al guiso. 

El desencadenante de este nuevo episodio, cuando todavía no se había cerrado el anterior por el requisito lingüístico, fueron unas palabras de la consellera de Justicia en una entrevista en la Cadena COPE. En esta, al ser preguntada por la posible imputación de Mónica Oltra por la gestión de la conselleria al caso de abusos a una menor tutelada, Bravo aseguró que "ante una situación en la que se comprometa la credibilidad de la institución a la que represento, me plantearía irme".

La sugerencia a que si ella estuviera en el lugar de la vicepresidenta dudaría de su continuidad (algo que desde Compromís insisten que no se piensa respecto a una de sus líderes) provocó la reacción inmediata de los cargos de la coalición valencianista y situó a Bravo en la diana de las críticas. En redes sociales, donde se suelen cocer este tipo de platos cargados de reproche, el senador Carles Mulet o el jefe de gabinete de Oltra, Miquel Real, se lanzaron contra la responsable de Justicia. "Si se va a casa, aplaudiremos y respiraremos", dijo Mulet sobre Bravo.

Al enfado le puso verbo y voz la secretaria general de Més Compromís, Àgueda Micó, quien calificó las palabras de la consellera de Justicia de "desafortunadas" y "totalmente impropias de una compañera de gobierno". Además, le arrojó una de las cuentas pendientes que tienen en el partido contra Bravo, el requisito lingüístico: "Cuando en unos años se hable de la tarea de Oltra será de la transformación en los servicios sociales, en cambio, de otros miembros del Consell lo único que podemos recordar es que han bloqueado la igualdad lingüística".

Precisamente el requisito lingüístico es el motivo del penúltimo enfrentamiento entre Compromís y la consellera, un asunto todavía no zanjado. La propuesta de Bravo es que el alto funcionariado necesite un B2 de valenciano para acceder a la función pública autonómica mientras que Compromís, y verbalizó la propia Oltra hace semana y media, es que se requiera el C1, el antiguo mitjà. "Virgencita, virgencita, que me quede como estoy", dijo sobre la propuesta de la titular de Justicia.

Sin embargo, ese es tan solo el choque previo al último. Antes de este, la relación entre Oltra y Bravo ya había vivido importantes subidas de voltios, muchos de ellos ligados a acciones de lucha por la igualdad y contra la violencia machista, donde ambas consellerias disponen de competencias. Una de las más sonadas fue la que en 2018 protagonizaron, en pleno serpenteo estival, por el proyecto de una comisaría especializada en violencia machista.

 «Me resulta incomprensible y se me escapan las razones por las cuales la consellera de Justicia no conoce sus competencias ni las ajenas y se salta a la torera el Pacto Valenciano contra la Violencia de Género y Machista. No tengo palabras, o me sobran o me las callo», aseguró Oltra en Twitter. La polémica tampoco brotaba de la nada, sino que llevaba meses gestándose. Ambos departamentos venían trabajando de forma paralela en el proyecto de contar en València con la primera comisaría especializada en denuncias por violencia de género, pero que diferían en la ubicación del servicio.

Las jefaturas especializadas en violencia de género unos meses después, el tira y afloja por el reparto de competencias de Función Pública (que recaen en la conselleria de Bravo, pero que lleva una dirección general nombrada por Compromís), un "aportas o apartas" (también hacia Oltra) en pleno rifirrafe interno en el Consell por las medidas de cierre por la pandemia en otoño de 2020 o si cambiar la ley para incluir a las mujeres prostituidas como víctimas de violencia machista son parte de una larga lista a la que se le ha añadido el comentario de Bravo sobre la situación de la vicepresidenta. Hasta la próxima.