La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) prevé que la Comunitat cierre el ejercicio del 2022 con un déficit del 2,5% del PIB. El organismo empeora de este modo en cuatro décimas su estimación para la autonomía respecto a la de hace tres meses y lo vincula con el aumento del gasto por parte de la administración valenciana. Un gasto que si se calcula por habitante sigue estando por debajo de la media nacional, según han corroborado otros organismos como Fedea, por lo que desde la Conselleria de Hacienda incidían ayer en que el problema de fondo es justo el contrario: los escasos ingresos recibidos fruto de la infrafinanciación valenciana.
Sin embargo, la Airef basa el empeoramiento de su previsión sobre el déficit de abril (2,1%) en la «ejecución más acusada del gasto ajeno al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia» acometido por la Generalitat este año, en el que ya no han llegado líneas vinculadas a la covid desde el Estado, según el informe presentado ayer.
De cumplirse el pronóstico de la Airef, el déficit valenciano cerrará el año cuadruplicando la tasa de referencia que marca el Gobierno (0,6% del PIB) y triplicando el déficit medio del conjunto de las autonomías, que también empeora en dos décimas, hasta el 0,9%. Solo Murcia, otra gran perjudicada por el sistema de financiación, registra una evolución peor (2,6%) que la de la Comunitat según la autoridad fiscal.
Menos recursos
La Airef estima que este año la Comunitat Valenciana recibirá un 7% menos de recursos que en 2021, «fundamentalmente por la reducción de las transferencias del Estado». Concretamente, aquellos derivados de la liquidación del sistema de reparto autonómico, los cuales se estiman en base a los ingresos de los dos años previos (cayeron mucho por la pandemia) y posteriormente se ajustan; de las transferencias extraordinarias y de las ayudas a las empresas por la covid.
Parte del incremento del déficit valenciano se debe a que la Generalitat no agotó 300 de los 637 millones recibidos en 2021 a cuenta del plan de ayudas a empresas y autónomos, un importe que se retorna en este ejercicio y computa como gasto.
Como consecuencia de ese decalaje en las transferencias estatales, Airef avanza que durante los dos próximos años los ingresos del sistema de financiación hacia las autonomías de régimen común como la valenciana serán «excepcionalmente positivos», «normalizándose a partir de 2025». El motivo es el mismo: la recaudación de 2021 se situó muy por encima de lo previsto y 2022 ha arrancado por la misma senda. Según datos de la Generalitat, la recaudación en tributos autonómicos hasta mayo supera los 500 millones, casi un 10% más que el mismo plazo del año anterior.
A este respecto, la Airef advierte a las autonomías del «riesgo» de que los «recursos temporales» movilizados por la pandemia «se destinen a financiar incrementos de gasto o reducciones de otros ingresos estructurales».
Respecto a la deuda, prevé que la ratio deuda-PIB se sitúe en el 44,3% al cierre del año, por lo que continuaría con su evolución positiva de los últimos dos años, en los que el pasivo público alcanzó el 47,5 % en 2021 y el 48,5% en 2020. Con todo, sigue siendo con diferencia la autonomía más endeudada, en gran parte por los efectos de la histórica infrafinanciación, y prácticamente duplica el endeudamiento medio del conjunto de las autonomías, del 23,9%. Diversos organismos han atribuido en torno al 80% de esa deuda valenciana a los efectos de las carencias por el reparto.
Desde Hacienda de Arcadi España remarcaban ayer que pese a que Airef achaca el aumento del déficit al gasto, «el problema son los ingresos», que vinculan con la infrafinanciación. «La única alternativa serían los recortes», añadieron.
