En términos generales, la apuesta por las energías renovables es un asunto que genera consenso entre los tres partidos del Botànic. Lograr su implantación y desarrollo para sustituir el consumo de otras formas de producción eléctrica más contamientas es uno de los deseos y objetivos compartidos de las fuerzas que conforman el Consell. Sin embargo, el diablo está en los detalles y la concreción de muchos proyectos es donde empiezan los roces entre socios.
La diferencia de criterios se pudo observar en dos declaraciones con algo más de 15 horas de diferencia, en dos escenarios totalmente distintos. «Es una prioridad progresar en energías renovables», dijo el president de la Generalitat, Ximo Puig, ayer por la mañana durante una visita a una planta fotovoltaica en Catral. Horas antes, en el Senado, el portavoz de Compromís en esta cámara, Carles Mulet, criticó el «todo vale» de estas plantas solares que cuentan «con un impacto irreversible en el territorio».
No es la primera vez que en la coalición valencianista se han evidenciado las discrepancias respecto a las grandes explotaciones de renovables, especialmente las solares. La aprobación del decreto que pretendía agilizar su implantación en el mes de abril ya trajo roces entre la parte socialista y la de Compromís en el Consell. Estos se acabaron solventando no sin retrasos en su aprobación definitiva, pero se replicaron de nuevo en Les Corts Valencianes.
Acuerdo en Les Corts
Varios diputados de Compromís y de Unides Podem emitieron un comunicado en el que mostraban sus reparos a votar a favor de la medida al considerar que se reducían las garantías ambientales y territoriales, se ninguneaba la voz de los municipios y se mermaba la autonomía de los ayuntamientos para acelerar la implantación de macroplantas energéticas, una discrepancia que se acabó solucionando con compromisos como la creación de la futura agencia valenciana de la energía.
Esas dudas ideológicas respecto a este tipo de instalaciones se volvieron a replicar en las últimas horas entre Catral y Madrid. Así, frente a la reivindicación de Puig por agilizar la tramitación administrativa, aportar recursos económicos y modificar el marco legal para facilitar proyectos como la planta fotovoltaica puesta en marcha ayer en el sur de la provincia de Alicante, están los recelos expresados por Mulet reclamando «racionalidad» para este tipo de proyectos y que la revolución de las renovables sea «sensata» apostando por el «autoconsumo y las comunidades energéticas».
Las reticencias manifestadas ayer han tenido sus efectos en la gestión. La Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen) protestaba durante este mismo verano que el 90% de los expedientes seguía atascado mientras ayer los particulares con placas solares impulsaron la primera huelga contra el tope al precio del gas. H
