El proyecto de presupuestos del Estado conocido hace escasos diez días aún marca la agenda de los partidos, especialmente por el maltrato a la provincia de Alicante, la que peor parada sale respecto a su peso poblacional.
La reivindicación alicantina ha llevado al presidente Puig a anunciar que mimará a las comarcas del sur en el presupuesto autonómico y los partidos tratarán de liderar la batalla de las enmiendas para intentar mejorar las inversiones por parte del Gobierno en las comarcas alicantinas.
Pero en paralelo se juega otra partida, la del presupuesto autonómico, que afronta ya las dos últimas semanas previas a su aprobación. La idea que circula en la Conselleria de Hacienda es anunciar si es posible el pacto el viernes 28 de octubre y llevar las últimas cuentas autonómicas de la legislatura a Les Corts el lunes 31, fecha habitual, salvo el año pasado cuando por primera vez los plazos saltaron por los aires al estirarse el pulso hasta el final.
Encajar todas las cifras siempre genera tensión y este año no será una excepción porque además se negocia una reforma fiscal.
Pero Hacienda ve difícil volver a hinchar el capítulo de ingresos como ocurrió el año pasado con hasta 2.300 millones. De las dos partidas reivindicativas con las que el tripartito valenciano estiró los presupuestos del año 2022, actualmente en vigor, una de ellas sí volverá a incluirse, la de la infrafinanciación, que ronda los 1.300 millones. Esa partida tiene un relato ya consolidado que es de los ingresos por debajo de la media que el actual sistema de financiación autonómica otorga a los valencianos. Ya los incluyó el último gobierno del PP por lo que es una partida reivindicativa que no tiene discusión y se mantendrá.
Transición a la normalidad
Pero los otros mil que se incluyeron el año pasado como fondo de transición a la normalidad tras el covid realmente no tienen un soporte simbólico como ocurre con la financiación y por eso el conseller de Hacienda, Arcadi España, se va a resistir a incluirlos. Ya el año pasado la propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, reprochó que algunas autonomías, como la valenciana, incluyeran ingresos que son ficticios en sus cuentas porque en ningún caso tienen una partida prevista en los presupuestos del Estado y por tanto no se van a pagar.
El conseller España espera poder cuadrar las cuentas con los mayores ingresos que llegan por la vía del aumento de la recaudación como consecuencia de la inflación, pero también tiene que hacer frente la Conselleria de Hacienda a la subida pactada de las nóminas del personal funcionario que ha anunciado el Gobierno de España para los próximos tres años, una subida que en la práctica se come el aumento en el capítulo de ingresos.
Pero los socios no descartan que se tenga que acudir de nuevo a una partida como la de los mil millones. En Compromís se plantea como prioridad que el presupuesto incluya el crecimiento necesario para seguir avanzando en el modelo social del pacto del Botànic, además de las medidas que refuercen el escudo social ante la subida de la inflación así como las políticas de transformación del modelo económico.
