Una imagen vale más que mil palabras y en política hay muchas de ambas. De ahí que a primera hora de la mañana la fotografía que ha exhibido la izquierda valenciana sea la de los tres máximos representantes del Consell juntos, mostrando unidad, instantes después de que el pleno extraordinario del Ejecutivo autonómico apruebe la reforma fiscal que hasta la fecha había generado algún que otro roce entre socios.

Ximo Puig, Aitana Mas Héctor Illueca se han reunido para analizar los detalles de la reforma fiscal que este lunes ha aprobado el Consell. El acuerdo se cerró el domingo durante la tarde por lo que la reunión de la mañana es más un gesto de cara a la galería de los símbolos que abonan el terreno de los afectos políticos que una acción clave en el desarrollo de la modificación impositiva que afectará a las rentas valencianas ya en la próxima declaración de 2023.

Los máximos representantes institucionales de las tres formaciones que componen el Gobierno valenciano han mostrado su sintonía ante el acuerdo alcanzado con una reunión posterior. La reforma fiscal había levantado diferencias entre los socios, especialmente entre PSPV, por una parte, y Compromís Unides Podem, por la otra, sobre la necesidad o no de compensar la bajada de tributos anunciada por Puig a las rentas de menos de 60.000 euros con una subida a los salarios más altos.

La izquierda escenifica su unidad ante la reforma fiscal. MEDITERRÁNEO

Pacto para 2024

Finalmente, a falta de desgranar los detalles en una rueda de prensa que compartirán la vicepresidenta y portavoz, Aitana Mas, y el conseller de Hacienda, Arcadi España, la primera de Compromís y el segundo del PSPV, el acuerdo alcanzado entre los tres partidos del Botànic es aumentar impuestos a las rentas más altas, pero hacerlo a partir del próximo año, algo que no se notaría hasta la declaración de 2024, una vez pasadas las elecciones.

El motivo de este retraso es que las bajadas de impuestos sobre el IRPF sí que se pueden hacer retroactivas, no así las subidas. De esta forma, la medida tendría vigor a partir de 2023 y entraría dentro de la declaración fiscal a realizar en 2024, después por tanto de las elecciones autonómicas y generales de 2023. Ese escenario abre la posibilidad a algún cambio posterior en función de los resultados en las urnas.

El pacto de la reforma fiscal allana todavía más la negociación para los Presupuestos de 2023. Estos entran en la última fase y comienzan su cuenta atrás para ser aprobados, algo que debe estar cerrado antes del 31 de octubre, por lo que quedaría un mes.