POLÍTICA
El Botànic exhibe sus diferencias por las renovables tras la salida de Mollà
La transición energética sobrevuela la primera sesión de control al nuevo ejecutivo entre críticas del PP por las dudas de Volkswagen

La nueva consellera Isaura Navarro entra en el hemiciclo mientras Ximo Puig y Aitana Mas permanecen en sus escaños / German Caballero
Diego Aitor San José
La implantación de las energías renovables fue la punta del iceberg en el pulso entre Mireia Mollà y Aitana Mas que acabó con la destitución de la primera. Ayer, en la primera sesión de control al Ejecutivo autonómico con Isaura Navarro ya sentada en la butaca azul de consellera de Emergencia Climática, las renovables volvieron a aparecer, esta vez, para evidenciar las diferencias que existen entre Compromís y PSPV en su puesta en marcha.
Así, mientras que durante su intervención en la tribuna Ximo Puig anunciaba que en los próximos días se aprobará «una importante batería de nuevas autorizaciones» para la puesta en marcha de nuevas plantas fotovoltaicas; la síndica de Compromís, Papi Robles, criticaba las instalaciones de energía masivas, ya que estas «no cambian el modelo de la energía actual», sino que solo añaden la etiqueta de «renovable».
La portavoz de la coalición defendió frente a estas grandes instalaciones el papel de las comunidades energéticas locales, centradas en el autoconsumo. «No está en discusión que hay que cambiar el modelo energético», afirmó Puig, quien valoró que los datos de autoconsumo «continúan en aumento»: el doble de instalaciones en 2022 que en 2021.
No obstante, el jefe del Consell abogó por «acelerar al máximo» esa implantación de renovables, petición que ya se ha hecho habitual y que en boca del líder socialista no va centrada a aquellas más pequeñas, sino a una descongestión de trámites que, en ocasiones, se ha encontrado con el rechazo de algunas áreas que ocupan sus socios.
Unidad frente a la oposición
Sin embargo, la concreción que separa a ambas formaciones en el tema no impidió al Ejecutivo autonómico presumir estabilidad frente a los ataques de la oposición. «Serie turca», «proyecto acabado», «fin de ciclo», «guerra de guerrillas» o «melé de todos contra todos» fueron algunas de las expresiones utilizadas por la bancada 'popular' para cargar contra el Consell.
A estas, añadió con especial ahínco las dudas de Volkswagen a instalar la gigafactoría en Sagunt, unas dudas que la síndica María José Catalá vinculó a la «falta de estabilidad» que genera el Consell ante los cambios de cartera. De hecho, anunció una iniciativa en los presupuestos para incluir la inversión en la gigafactoría de Sagunto ante la falta de compromiso por escrito de Puig.
Frente a sus críticas, tanto el máximo responsable del Consell como la vicepresidenta presumieron de estabilidad por la vía de los hechos. «La estabilidad de los gobiernos se mide en la aprobación y en las medidas que se lleven adelante», replicó Puig. «La estabilidad está más que garantizada», complementó la vicepresidenta Mas, quien le respondió a Catalá que «purgas es lo que hacen en su partido». «Si no, pregúntenle a Isabel Bonig o a Pablo Casado» añadió ante la celebración de la bancada de la izquierda.
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