Es un chip electrónico del tamaño de un grano de arroz, que se implanta bajo la piel del gato sin causar molestia ni dolor y permite identificar al propietario y conocer la cartilla veterinaria del animal. Su coste oscila entre los 30 y los 50 euros aunque en campañas que fomentan su uso se ofrecen desde 18 euros. Dura toda la vida del animal y en la Comunitat Valenciana no es obligatorio ponerlo ya que, de momento, sólo se exige a los perros, équidos, animales potencialmente peligrosos y especies exóticas invasoras.

Sin embargo, los veterinarios exigen que esta identificación obligatoria se incluya en gatos y hurones, tal como sí ocurre en autonomías como Madrid, Cataluña, Murcia, Rioja, Navarra y Castilla La Mancha y países como Francia o Portugal.

El microchip de gatos permite identificar al dueño y conocer las vacunas del animal. LEVANTE-EMV

Sin embargo, el proyecto valenciano de Ley de Protección, Bienestar y Tenencia Responsable de Animales de Compañía y otras medidas de bienestar animal, que se debate en Les Corts, no concreta qué especies deben ser objeto de identificación obligatoria, a pesar de que el mismo texto asegura que la identificación "plena" es uno de "los pilares fundamentales para la lucha contra el abandono". Los gatos se quedan fuera y el Consell Valencià de Col.legis Veterinaris (CVCV) recuerda una reivindicación histórica basada en "razones científicas, técnicas o jurídicas".

"La identificación de gatos permitiría localizar a los dueños y recuperar al animal perdido o incluso depurar responsabilidades en el caso de que se hubieran desentendido de él o hubiera sospecha de maltrato. Si no se identifican los gatos, el control poblacional de las colonias a través de campañas de captura, esterilización y retorno -que también fomenta esta Ley- se vería comprometido por aquellos felinos domésticos que son abandonados, se pierden o pasean solos, provocando que el número de animales de la colonia pueda incrementarse", explica la presidenta del colegios de Veterinarios, Inmaculada Ibor.

A nivel sanitario, los veterinarios explican que la vacuna contra la rabia es obligatoria para perros, gatos y hurones por lo que la identificación de estas especies "también debería serlo" ya que así se puede llevar a cabo un control sanitario de vacunación y desparasitación que de otra manera es imposible. El proyecto de ley cuenta con enmiendas que abordan otras cuestiones y sí incluyen la identificación obligatoria de hurones, pero no de los felinos. "No tiene sentido que dejemos fuera a una o dos especies", explica Ibor. Y añade: "Es una herramienta para erradicar el abandono que, además, ayuda al control sanitario. No tiene mucho sentido que en la Comunitat Valenciana sea obligatorio vacunar pero no identificar al animal. En colonias felinas, por ejemplo, es necesario ese control sanitario".

Casi el 90% de los perros perdidos se recuperan gracias al chip

Según datos de la Red Informática Valenciana de Identificación Animal (RIVIA), en 2021 se presentaron 1.435 denuncias por robo o pérdida de un perro, de las que se resolvieron 1.289 (es decir, el 89,82%). Sin embargo, desde el colegio de Veterinarios explican que las recuperaciones reales de perros gracias al chip serían muchas más "porque en la mayor parte de casos no se denuncia y el can es recuperado en sólo horas, al poco de leer del chip los datos del nombre y dirección del dueño".

Al no ser obligatoria para gatos, en ese mismo año, sólo se presentaron 165 denuncias de este tipo y sólo se localizó al titular del felino en 66 ocasiones. Y es que, a pesar de no ser obligatorio, muchas familias optan por colocarle el chip a sus mascotas en aras de una recuperación más rápida si algo les ocurre, además de que los felinos que se adoptan mediante protectora se entregan esterilizados y con microchip.

¿Quién controla la identificación?

Por último, los veterinarios también exigen que se clarifique en la ley "qué sujeto debe llevar acabo la identificación y esterilización obligatoria de un animal, si el responsable legal o el responsable temporal". Y es que los veterinarios no quieren tener que ser ellos quienes controlen o denuncien posibles incumplimientos en matera de identificación, como parece que insinúa la ley. "A los veterinarios autorizados o colaboradores del RIVIA no se les reconoce como autoridades competentes y porque, además, actuar de tal manera podría provocar el efecto contrario al que se pretende: los propietarios no acudirían a las clínicas por miedo a la denuncia, por lo que los animales quedarían desatendidos o incluso podrían abandonarse.