Vox contrata a Barrera para formar a cargos del partido

El rostro serio de Vicente Barrera, mirada baja y brazos cruzados, durante la comparecencia de Santiago Abascal el 11 de julio fue una de las imágenes de la salida de Vox de los gobiernos autonómicos que compartía con el PP. Esa medianoche dejó de ser vicepresidente de la Generalitat y conseller de Cultura y Deporte. Sin embargo, aquel día no fue el epílogo a la relación del torero con la política y mucho menos con la formación porque desde entonces ha seguido ligado a esta tanto en cargo como miembro de la ejecutiva como en sueldo.  

Según el informe de compatibilidades de la Generalitat para los altos cargos, Barrera ha sido fichado por Vox como «consultor» de la formación, aunque fuentes del partido matizan que su contratación, por parte de la estructura nacional, ha sido para impartir cursos de formación a otros miembros del partido y reducen esta relación laboral a tres meses por lo que, según agregan, ya está en su periodo final. 

Más allá de las funciones concretas que haya ejercido o si continuará próximamente, su contratación por parte de los voxistas (totalmente legal y validada por el informe de Transparencia de la Generalitat) tiene una lectura política y es la de que Santiago Abascal trata de mantener la vinculación del que ha sido en el último año y medio el principal referente del partido en la Comunitat Valenciana y que todavía sigue como miembro de su ejecutiva. 

Sin otro cargo

Sin embargo, por mucho que forme parte de la dirección nacional del partido y a diferencia de lo que ocurre con otros exvicepresidentes como Juan García-Gallardo en Castilla y León o Alejandro Nolasco en Aragón, Barrera no es ni diputado ni tiene otro cargo del que recibir un ingreso (aunque tiene derecho al desempleo). De hecho, ha de hacer frente a las incompatibilidades existentes que marca la ley tras formar parte del pleno del Consell, algo que podría retrasar su regreso a la administración de sus empresas a las que tuvo que renunciar al ser nombrado. 

Desde que dejó su cargo, Barrera ha replicado en las redes sociales los mensajes de su partido, pero no ha participado en ningún acto político de la formación. Sí que intervino en el encierro infantil simulado en Ciutat Vella, del que fue uno de los promotores, se le vio acompañando a Carlos Mazón, con quien ha mostrado siempre mucha afinidad, a los toros el 9 d’Octubre y colgó la semana pasada una foto suya en una corrida en Ondara. Fuera de eso, perfil bajo pese haber sido el rostro más visible de Vox en la Comunitat Valenciana y con proyección fuera de ella.

Una excepción

Barrera es, además, una excepción dentro de los altos cargos que tenía Vox en el Gobierno valenciano. De la veintena de dirigentes que la formación nombró en la estructura de la Generalitat, solo uno ha sido repescado para la actividad política: el que fue el secretario autonómico de Atención a las Víctimas y Acceso a la Justicia, Javier Carlos Bazán, que ha sido incorporado como asesor de Presidencia de las Corts, que encabeza Llanos Massó. 

De los otros dos compañeros del exvicepresidente en el Consell, no ha salido todavía la compatibilidad de José Luis Aguirre, quien a principio de legislatura dejó su escaño cuando le nombraron conseller. Sí que se ha confirmado el regreso de Elisa Núñez a la Universidad Católica de Valencia como profesora doctor, una vuelta que se da después de que la extitular de Justicia se diera de baja de Vox criticando la «deriva radical» del partido. 

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