La injerencia política del Consell se cuela en una CEV que debate sobre el peso de sus provincias

Dirigentes de la patronal piden a su presidente que aparque sus aspiraciones en CEOE y se centre en la autonómica al tiempo que observan la mano de Mazón y su equipo en los movimientos centrífugos en Alicante

Carlos Mazón, Alberto Núñez Feijóo y Salvador Navarra, en València, en una imagen de archivo

Carlos Mazón, Alberto Núñez Feijóo y Salvador Navarra, en València, en una imagen de archivo / Germán Caballero

Ana Jover

València/Alicante

Un dilema recorre desde hace un tiempo la columna vertebral de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) y es que crece el temor a que el renovado peso de las organizaciones provinciales acabe por convertirla en la suma de tres territorios, como la fenecida Cierval, más que en una organización de ámbito autonómico, que fue como se concibió en 2017 cuando su antecesora sucumbió por los problemas en las provinciales de Alicante y Castellón y hubo que rehacerla a partir de la entonces provincial CEV. Un peso creciente al que no son ajenas las viejas idiosincrasias provinciales y la política, encarnada en un presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que ve con muchos recelos al presidente de la CEV, Salvador Navarro.

La semana pasada se conoció que la empresa del presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, Carlos Baño, y la feria alicantina se han dado de baja de la CEV. Ninguna sorpresa en el primer caso porque el dirigente cameral, buen amigo de Mazón, lleva un tiempo a la greña con Navarro. Cuestión de egos dicen algunos, pero lo cierto es que Baño, desde que preside la Cámara, no ha ahorrado críticas en público contra la CEV y su presidente y parece interesado en resucitar alguna organización empresarial meramente alicantina. En amplios sectores de la patronal autonómica hay pocas dudas de que detrás de esos movimientos en Alicante está el jefe del Consell y su equipo.

Feijóo

¿Por qué? Disgusta que Navarro -y Juan Roig- sean los interlocutores preferidos en la Comunitat Valenciana del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que tenga línea directa con La Moncloa o que haya exhibido independencia en diversas ocasiones durante la dana, singularmente cuando negó haber comido con Mazón el 29 de octubre

Lo inquietante es que todo esto coincide con un momento en que internamente la CEV debate su modelo. Hay discrepancias internas de calado. Y sucede al tiempo que Salvador Navarro mantiene sus aspiraciones a optar a la presidente de la española CEOE. En la patronal autonómica hay coincidencia entre sus dirigentes en que su presidente no tiene opciones reales, pese a lo positivo que un valenciano alcanzara un cargo de esa importancia en Madrid, porque el actual máximo dirigente, Antonio Garamendi, está determinado a seguir cuando finalice su mandato en 2027. Así que Navarro, que públicamente ha dicho que peleará por esa presidencia si su actual ocupante no sigue, lo tiene complicado.

CEOE

En la CEV consideran que su presidente -y así se lo han trasladado dirigentes de diferentes sensibilidades- debe plegar velas y dedicarse de lleno a la autonómica. Hay semanas que Navarro está tres días en Madrid, donde además de vicepresidente es presidente de la comisión de relaciones con las Cortes, un puesto de gran influencia política. Asimismo, aprovecha su estancia en la capital para tratar de captar empresas nacionales como asociadas. Es una de sus grandes obsesiones, la de tener socios que aporten importantes cuotas para depender lo menos posible de los pagos de las administraciones públicas. 

Carlo Baño preside la Cámara de Alicante

Carlo Baño preside la Cámara de Alicante / Axel Álvarez

Dirigentes de sectoriales, entre ellos el de la poderosa federación del metal, Vicente Lafuente, le han trasladado a Navarro que se olvide de Madrid y se centre en la Comunitat Valenciana porque consideran que se ha dado demasiado poder a las provincias y ven un serio riesgo de que al final la CEV acabe implosionando como organización autonómica. Es un visión con predicamento en la organización que no comparten otros dirigentes, como los de las provinciales y el propio Navarro, que creen que hay que dar espacio a estas federaciones y "sensibilidades", frente a las sectoriales, que, en opinión de estos últimos, "no aportan tanto", sobre todo a la hora de financiar a la patronal, una tarea que se sustenta en las empresas directamente asociadas. "Dependen cada vez más del dinero de las administraciones públicas", asegura una de las fuentes consultadas.

Alicante

La puesta en marcha de la CEV en Alicante requirió de mucho trabajo y de mucha didáctica por parte de Salvador Navarro, pues la idea de una patronal autonómica no despejaba en absoluto la preocupación por esa "doble infrafinanciación" que ha padecido la provincia alicantina. Navarro garantizó esa defensa y otras como la del agua. Su trabajo convenció al grueso del empresariado y, sobre todo, a patronales de peso y relevancia como turismo, agricultura, industria y otras, pero no a una proporción del empresariado histórica que, tras la desaparición de Coepa, se reunió alrededor de Uepal. En ese grupo estaba Carlos Baño, entre otros, con el que se abrió una confrontación repleta de capítulos que fueron quedando en un malestar sin ruido. Y eso que llegó a la presidencia de la Cámara apoyado por la CEV. 

Eva Blasco preside la CEV en Valencia

Eva Blasco preside la CEV en Valencia / Levante-EMV

Desde entonces hasta ahora, la evolución de CEV en Alicante ha sido relevante y no se le puede discutir la defensa de los intereses alicantinos lideradas por el propio Navarro; pero las diferencias con el que ahora es presidente de la Cámara de Comercio (de mayor tinte personal que otra cosa) se han ido agrandando y generando de nuevo ese ruido de desunión que interesa a una parte. La ruptura definitiva entre ambos se consumó con los últimos presupuestos del Estado, que perjudican a Alicante y tanto la CEV como la Cámara convocaron sus propias manifestaciones de protesta. El último capítulo es la salida de la patronal de Tescoma, la empresa de Baño, y de IFA-Feria Alicante, esta última controlada por el Consell.

Castellón y Valencia

En Castelló también hay problemas de control, por el peso específico que tiene allí Ascer, la patronal de los azulejeros. En contra de los deseos de Navarro, impuso un presidente de la provincial, Luis Martí, que además realizaba trabajos como abogado para dicha organización. Este hecho y problemas personales le llevaron a dimitir el pasado diciembre. Casi un mes más tarde y con problemas por el desinterés de Ascer y de otros dirigentes, la CEV consiguió a duras penas que un empresario del transporte (como Navarro), Carmelo Martínez, diera un paso al frente, pero hay dudas de cuánto aguantará.

Por último, la dana ha elevado el protagonismo de la provincial de Valencia, que preside Eva Blasco, lo que ha ayudado a levantar las suspicacias entre las sectoriales. No en vano, Blasco es la principal candidata a presidir la CEV cuando Navarro termine su mandato a finales de 2027.

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