La campaña de vacunación se ha convertido en un arduo camino repleto de contratiempos. Falta de suministro, lentitud en los envíos, retirada de vacunas y controversias dispares. La provincia de Castellón empezó ayer a vacunar al personal de los centros educativos, más de 18.000 personas, de las cuales ayer por la tarde fueron inmunizadas 4.000 en el hospital de campaña de Castelló, el polideportivo de Vinaròs y el Centro de Congresos de Vila-real. Hoy se inocularán los viales de AstraZeneca a otros 8.000 trabajadores educativos. El jueves santo la Comunitat confía en concluir la inmunización de este grupo que aglutina a cerca de 150.000 valencianos con el objetivo de salir cuanto antes de la cola de España en cuanto a vacunación se refiere.

Según datos del Ministerio de Sanidad, la Comunitat ha administrado el 80,3% de las 792.400 dosis suministradas, es decir, 636.120. La media nacional está en un 83,1%, situándose desde hace días entre las comunidades con un menor porcentaje. En la evolución diaria de la pandemia, la Conselleria de Sanitat informó ayer de que, en la región, se han puesto 641.777 dosis, 5.000 más de las notificadas por el Ministerio. De estas, 76.897 se han puesto en Castellón. Han recibido las dos dosis 238.824 personas.

Reprogramación de la vacunación masiva

La incertidumbre sobre las vacunas disponibles a corto plazo es tal, que la Comunitat se ve abocada a reprogramar el plan de vacunación a partir de abril tras los retrasos en el envío de dosis de AstraZeneca, aunque la farmacéutica se comprometió ayer a enviar «como mínimo» 200.000 viales al mes hasta junio, es decir, 600.000. Así lo anunció el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tras reunirse por videoconferencia con el presidente de AstraZeneca España, Rick Rafael Suárez, junto la consellera de Sanitat, Ana Barceló. La semana que viene tenían que llegar 96.000 dosis de esta marca, pero finalmente solo llegarán 12.000 a la Comunitat. De todos modos, esta circunstancia no afectará a la vacunación de docentes puestas en marcha.

Este retraso afecta a la estrategia y obligará a reprogramarla, así como al objetivo de iniciar en abril la «vacunación masiva». En todo caso, Puig remarcó que Pfizer puede aumentar el envío de vacunas y se podrían sustituir estas por las previstas de AstraZeneca. La diferencia es que la segunda dosis de Pfizer es a las tres semanas y las de la otra casi a los tres meses, lo que permite ganar un tiempo más que valioso para conseguir la inmunidad de grupo, es decir, del 70% de la población el próximo verano y salvar la temporada turística.

El objetivo de la Generalitat es estabilizar «de una vez por todas» el calendario de vacunación gracias a esas 200.000 dosis, que sigue siendo «poco» pero permite tener una base. «No es un problema de capacidad ni del sistema de vacunación de la Comunitat, que está funcionando de manera extraordinaria, sino de suministro», apuntó Puig, quien abandera la necesidad de comercializar cuanto antes en Europa y en España la vacuna rusa Sputnik V.

Mayores de 80 años

Actualmente, ya están vacunados la mitad de los mayores valencianos de 80 años, por lo que la intención es terminar primero esta franja de edad porque son los más vulnerables, lo que permite «parar la mortalidad, lo más importante».

Durante las próximas semanas se prevé así una ralentización de la vacunación, aunque el 1 de abril se pueda iniciar una «cierta normalidad» con la llegada de un millón de dosis a España. Puig ha recordado que «es mucho menos de lo que estaba garantizado».

La semana que viene el presidente prevé mantener una reunión con representantes de Janssen para «ver de qué manera avanzar en la Comunitat con esta vacuna», de una sola dosis.