El Auditori i Palau de Congressos de Castelló cerrará hoy sus puertas como centro de vacunación masiva hasta el próximo lunes cuando lleguen más dosis, tras haber administrado cerca de 9.000 vacunas en tres días, según las previsiones iniciales. Por este vacunódromo ya han pasado miles de castellonenses con la esperanza de poder acabar con el coronavirus y retomar la normalidad de antaño. Para que todo esté listo cada día de inmunización hay detrás un arduo trabajo de planificación y organización destinado a vacunar a cuantas más personas mejor en el menor tiempo posible. Un gran equipo conformado por cerca de 60 profesionales de diferentes áreas, no solo sanitarios. Ellos son los imprescindibles de la vacunación.

Javier, que es celador, se encarga de organizar la cola de entrada. Manolo Nebot

La actividad durante todo el día es frenética, el primer punto es la entrada al recinto la cual organiza con gran maestría y paciencia el celador Javier Albarracín con la ayuda de voluntarios de protección civil. "Soy el guía, el primero que atiende a las personas que acuden”, señala. Y es que es el encargado de ordenar el flujo de pacientes hasta que acceden a la carpa habilitada en la cual se realiza el triaje. Allí tres auxiliares administrativas, como Alexandra Solsona, revisan los datos de los asistentes para cerciorarse de que han sido citados. “La gente suele ser muy amable”, señala esta mujer que tiene uno de los llamados contratos covid que concluye el 31 de este mes y no sabe si seguirá.

Alexandra Solsona es una de las auxiliares administrativas que comprueba los datos de los pacientes. Manolo Nebot

Justo al lado organizando la cola interior está Sergio Bellido, trabajador de Tragsa, quien realiza el apoyo logístico con el montaje de los boxes, las vallas y demás instalaciones. También está de apoyo de mantenimiento y servicios Cristian Nebot, empleado del Auditori. Justo ayer las personas que acudían a vacunar pudieron disfrutar de las melodías que salían de la sala de conciertos donde había ensayo.

El enfermero del centro de salud Rafalafena Ismael Oumadine, de 25 años, está en uno de los boxes. Manolo Nebot

Boxes de vacunación

Para ordenar el tráfico en el interior y agilizar el proceso hay dos auxiliares de enfermería delante de los boxes. Ayer había abiertos 14 de ellos, con dos profesionales de enfermería en cada uno de ellos, encargados de introducir todos los datos, resolver dudas y vacunar. Algunos de ellos están dentro de su jornada laboral ordinaria, mientras que otros se adhirieron al llamamiento de Sanitat para colaborar fuera de su horario habitual. Uno de ellos es el enfermero del centro de salud Rafalafena Ismael Oumadine, de 25 años, también con contrato covid. “Tras meses duros, ahora con la vacunación se ve el final”, asegura, al tiempo que reconoce que le da “rabia” ver las imágenes de jóvenes como él celebrando el final del estado de alarma como si la pandemia ya fuera cosa del pasado. “Hemos trabajado duro, hemos luchado mucho y parece mentira que algunos no quieran ver lo que sigue pasando en los hospitales. Hay que tener responsabilidad”, remarca.

El enfermero Eduardo Villarreal vacuna a uno de los pacientes. Mediterráneo

Otro enfermero, en este caso del centro de salud Fernando el Católico, Eduardo Villarreal, está vacunando. “Algunas personas vienen con cierta desconfianza y otras muy ilusionadas. La vacuna es la única solución, por eso, hay que vacunarse y no se entiende que haya días que entre un 15 ó 20% de personas citadas no acuda”, explica.

Equipo encargado de preparar las vacunas y el material. Manolo Nebot

En este sentido, una de las coordinadoras de Enfermería, Dori Guadalajara, explica que, en los últimos días, están notando cómo hay menos personas que fallan. Junto a ella, preparando el material sanitario y cargando las vacunas, junto a otras compañeras, está Ana Moliner, quien también realiza tareas de coordinación. “La gente se va contenta”, asegura.

El médico de les Useres, Félix Gozalo, y la doctora Glenda Boix, que realiza guardias en Almassora, hacen tareas de información clínica. Manolo Nebot

Al lado de los boxes está el puesto médico para resolver dudas clínicas al respecto de las vacunas. Hoy están allí el médico de les Useres, Félix Gozalo, y la doctora Glenda Boix, que realiza guardias en Almassora. “Solemos resolver dudas sobre medicación, alergías… Somos informadores médicos”, señalan.

Marina se encarga de que todo esté limpio y desinfectado. Manolo Nebot

Muy cerca, pendiente de que todo esté limpio, está Marina García. Se encarga de limpiar los baños cada 20 minutos y desinfectar las sillas provistas en el recinto para que todo esté perfecto.

En la zona de coordinación también se encuentra Adrián Nicolau, enfermero y bombero. Su doble vertiente profesional le ha llevado a ser el interlocutor entre Sanitat y el Ayuntamiento de Castelló, que colabora en el dispositivo a través de protección civil, la Policía Local y los agentes de movilidad.

Imagen del equipo SAMU encargado de asistir a algún paciente que pueda tener algún tipo de molestia tras la vacunación. Manolo Nebot

En el último eslabón, con una función preventiva, está el equipo del SAMU por si alguno de los vacunados presenta molestias. Ayer, hasta el mediodía, afortunadamente solo habían atendido un caso de ansiedad.

Todos conforman un engranaje diseñado para vacunar sin demoras, con gran profesionalidad y siempre con una sonrisa. La mayoría de ellos han visto y sufrido de cerca la tragedia de la pandemia y ahora disfrutan de la esperanza que comporta la inmunización.