Los incesantes llamamientos a la responsabilidad parecen, teniendo en cuenta los contagios, que no han tenido efecto en los más jóvenes, por lo que el Consell ha decidido pasar a la acción y endurecer las multas por hacer botellón. El objetivo es evitar que se repitan de nuevo este fin de semana las vergonzantes imágenes de chavales bebiendo alcohol en la vía pública. Un hecho que está totalmente prohibido, también lo estaba antes de la pandemia.

A partir de ahora los botellones serán considerados falta grave en el decreto ley del Régimen Sancionador de la Comunitat, y así lo aprobará hoy el pleno del Consell, según anunció el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. 

Esto en la práctica supone que las multas por infringir esta normativa, que fue aprobada en agosto del pasado año por el Ejecutivo autonómico, oscilarán entre los 601 y los 30.000 euros. Hay que resaltar que el botellón como tal no estaba contemplado todavía en este decreto que recoge las posibles infracciones al respecto de la pandemia, como no cumplir cuarentenas o no respetar los aforos.

En principio, la modificación de este reglamento es la primera opción que maneja el Consell dado que resultaría más arduo introducir cambios en otras normativas sancionadores.

Además, para impedir que se puedan realizar, el Consell modificará la Ley de Sanidad del 2014 con el objetivo de reducir el horario de la venta de alcohol y fijarlo hasta las ocho de la tarde, dos horas antes que ahora.

Más control policial

De igual modo, el presidente avanzó ayer que hoy pedirán en una reunión con la Delegación del Gobierno y los municipios que las fuerzas y cuerpos de seguridad actúen con la máxima vigilancia para el control de estas medidas, con el objetivo de que «nadie pueda hacer botellones en la calle» y «el que lo haga, que le salga caro».

Asimismo, reiteró que se recomienda usar siempre la mascarilla, incluido al aire libre. H