Los botellones están en el punto de mira. El ocio ilegal está siendo uno de los principales focos de contagio entre los más jóvenes, lo que ha obligado a retroceder en la desescalada aplicando duras medidas como el cierre del ocio nocturno o la reducción del horario de la hostelería a las 00.30 horas. Para hacer frente a esta práctica de un modo contundente ayer el Consell aprobó la modificación del régimen sancionador de las medidas de prevención del covid para añadir como infracción grave el consumo de alcohol en la vía pública, que se multará con sanciones que van desde 601 a 30.000 euros, como informó Mediterráneo.

Además, se contempla que se considerará ya un botellón si hay cuatro personas, ya que antes se preveía a partir de 10. Hasta ahora, eran las ordenanzas municipales las que sancionaban el botellón pero ahora se incorpora como infracción grave a este régimen sancionador.

La norma, que entra hoy mismo en vigor, también califica como infracción grave la participación y, como muy grave con sanciones de hasta 60.000 euros que pueden llegar incluso a los 600.000 si son acumulativas, la organización de reuniones, fiestas o cualquier otro tipo de acto equivalente, de carácter privado o público, que impliquen una aglomeración o agrupación de personas sin respetar las medidas sanitarias. 

También se modificó ayer la ley de Salud Pública que permitirá avanzar en la prohibición de vender bebidas alcohólicas en supermercados y tiendas al por menor a las 20:00 horas.

Control policial

Para garantizar que las medidas anticovid se cumplen, especialmente la prohibición tajante del botellón, ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, presidió una reunión con la consellera de Justicia, Gabriela Bravo; la delegada del Gobierno en la Comunitat, Gloria Calero; responsables policiales y representantes de los ayuntamientos, como el de Castelló. Allí se abordaron los dispositivos especiales de seguridad.