Desde que se autorizó su comercialización en la UE hasta el 9 de enero de este año, se han administrado en España 14.201.097 dosis de Moderna (Spikevax, nombre oficial) que corresponde a 5.262.355 personas y el 50 % fueron mujeres. Por grupos de edad, el 80 % se corresponde con personas entre 18 y 65 años, el 12 % son mayores de 65 y el 8 % menores entre 12 y 17 años. En este período se han registrado un total de 9.731 notificaciones de acontecimientos adversos tras la administración de la vacuna, de los que 1.485 fueron considerados graves. El estado febril lideró las notificaciones en un 45 %, seguido de cefalea (26 %) y mialgia (20 %). Dolor en la zona de vacunación y malestar general fueron los siguientes efectos adversos más notificados.

La parestesia, trastorno de sensibilidad de tipo irritativo que puede darse en todo el cuerpo, parece una posible reacción adversa a esta vacuna según el informe de actualización de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), que también señaló la mielitis tranversa como posible reacción adversa a los sueros de AstraZeneca y Janssen.

¿Qué es la parestesia?

El término parestesia se refiere a una sensación de quemadura o de pinchazos que se suele sentir en las manos, brazos, piernas o pies y a veces en otras partes del cuerpo. La sensación, que se presenta sin previo aviso, por lo general no causa dolor sino que se describe como un hormigueo o adormecimiento, como que algo le caminara por la piel o como picazón.

En algún momento, casi todos hemos tenido parestesias transitorias, es decir, la sensación de hormigueo, como cuando hemos permanecido sentados mucho tiempo con las piernas cruzadas, o nos hemos quedado dormidos con un brazo doblado debajo de la cabeza. La parestesia sucede cuando se ejerce presión sostenida sobre un nervio y la sensación se desvanece rápidamente una vez que se alivia la presión.

La parestesia crónica suele ser un síntoma de una enfermedad neurológica subyacente o un daño traumático de un nervio. La parestesia puede ser causada por trastornos que afectan el sistema nervioso central, como el accidente cerebrovascular (ACV) y los ataques isquémicos transitorios (los mini-ACV), la esclerosis múltiple, la mielitis transversa o la encefalitis. Un tumor o lesión vascular que ocupa espacio y presiona el cerebro o la médula espinal también puede causar parestesia. Los síndromes de atrapamiento de nervios, como el síndrome del túnel carpiano, pueden dañar los nervios periféricos y causar parestesia acompañada de dolor.

La evaluación diagnóstica se basa en la determinación del problema subyacente que cause las sensaciones parestésicas. La historia clínica, el examen físico y los exámenes de laboratorio son esenciales para el diagnóstico. Los médicos pueden solicitar pruebas adicionales dependiendo de la causa sospechada de la parestesia, según confirma la propia Biblioteca Nacional de Medicina. 

Efectos secundarios de Moderna

Hay que destacar que según el citado informe de Farmacovigilancia sobre vacunas covid-19 de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) se han registrado un total de 55.455 notificaciones de acontecimientos adversos, una cifra pequeña teniendo en cuenta que se han administrado unas 80.109.445 dosis de estos fármacos. De esta manera, se obtiene un dato tranquilizador: solo el 0,069% de las dosis de vacuna administradas ha producido efectos adversos o, lo que es lo mismo, se han registrado 69 notificaciones por cada 100.000 dosis inyectadas. De estos más de 55.000 casos, en 44.407 las manifestaciones más frecuentes fueron fiebre (33%) y dolor en el lugar del pinchazo (13%), cefalea (23%), dolor muscular (17%), o fatiga (8%). Además, la Aemps aclara que los acontecimientos adversos que se notifican no significa que estén relacionados con la vacunación.

Entre las más de 80 millones de dosis administradas desde el inicio de la vacunación, el 68 % de las dosis correspondieron a Pfizer, el 18 % a Moderna, el 12 % a AstraZeneca y el 2 % a Janssen. Del total de vacunados, el 51 % son mujeres. En cuanto a la distribución por edades, el 69 % están en la franja de 18 a 65 años, el 22 % son mayores de 65 años, el 6 % corresponde a menores con edades comprendidas entre los 12 y los 17 años, y el 3 % a menores de 12 años.