Con el quinto álbum de su carrera en la calle, Diego sentía que no podía estar al margen y ser un testigo pasivo de todo lo que viene ocurriendo. "Es un disco muy especial en mi trayectoria; creo que es el más maduro, el que muestra un definitivo crecimiento. Es el momento de que nos miremos a la cara y no nos digamos nada más. Sólo hay que hacer y así generar el cambio". Con estas palabras, Diego no quiso ser profeta en su tierra ni teorizar, sólo se aferró para ser presa de ellas y mostrar que él es el primero en hacer y procurar transmitir algo, desde su trabajo, que le valió ser nominado al Grammy-03.