Borja Domecq descargó en Castellón un encierro poco adecuado para esta plaza, desigual en cuanto a sus hechuras y con los pitones por debajo de lo mínimo admitible. Otra cosa fue su juego, ya que si bien a algunos les fallaron las fuerzas, también los hubo excelentes y permitieron mejor resultado del que finalmente se obtuvo. El primero fue un toro interesante, con un viaje largo y alegre, al que Conde apenas sacó pases sueltos. También el segundo fue excelente, con un pitón izquierdo de lujo que el Fandi si aprovechó. Tan solo el tercero resultó poco apto, por sus escasas fuerzas, y los tres últimos, sin ir sobrados, permitieron torear a la terna.