Jerry Bruckheimer no es el productor más sutil del mundo. Por lo general, su nombre es sinónimo de acción trepidante, vertiginosas persecuciones y, sobre todo, grandes explosiones. La roca, Con Air, Armageddon, Pearl Harbor y Black Hawk derribado son algunos de los títulos que definen su particular libro de estilo. El pasado año, Piratas del Caribe constituyó un exitoso cambio de registro. Su última pirueta es una nueva recreación de la leyenda del rey Arturo que pretende ser más fiel a la historia y menos literaria que sus precedentes.

El rey Arturo, que se ha estrenado en España, está dirigida por Antoine Fuqua (Días de entrenamiento) y protagonizada por el actor inglés Clive Owen (Coventry, 1964), un intérprete especializado en personajes enigmáticos con un lado oscuro que atrajo la atención de Hollywood con su interpretación de un frío y calculador empleado de un casino en Crupier (1998). Aquel trabajo hizo que los críticos le compararan con Sean Connery y, de hecho, ya hay quienes le apuntan como posible sucesor del irlandés Pierce Brosnan en el papel de James Bond. "No son más que rumores", se apresura a decir Owen.

SIERVO DE ROMA Después de trabajar en películas como Gosford Park, El caso Bourne y Amar peligrosamente, el actor fue elegido por Bruckheimer para encarnar a Arturo en una versión de la leyenda en la que el héroe británico no es un rey medieval, sino un servidor del Imperio Romano que, a finales del siglo V, se rebela contra Roma y resiste a la invasión sajona. Owen prefiere no entrar en el debate sobre la veracidad histórica del filme. "En mi opinión, esta es una teoría más sobre las muchas que existen en torno a la figura del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda --señala--. Lo que importa es que se mantenga como una buena película del género y no por la autenticidad de los hechos".

El guionista David Franzoni (Gladiator) optó por dejar de lado la abundante bibliografía artúrica que sirvió de base a anteriores adaptaciones, pródiga en encantamientos y elementos sobrenaturales, y ceñirse a la documentación sobre la época histórica. Esa humanización del personaje fue uno de los factores que más interesaron a Clive Owen. "Me atrajo la evolución de Arturo, cómo pasa de su condición de siervo leal del Imperio a cuestionarse su papel como británico y su deber de llevar a su pueblo a la libertad. De hecho, él se considera romano hasta que todos los valores en los que creía empiezan a cambiar con la caída del imperio y la inminente invasión de los sajones".

Para recrear la epopeya de Arturo y sus caballeros, fue necesario un costoso trabajo de producción que se completó con una batería de efectos especiales. "Las escenas de batalla fueron extraordinariamente difíciles de realizar --subraya el actor-- y creo que el resultado muestra la calidad del equipo humano que hay tras la película, desde el cámara hasta el último especialista". Owen también tiene palabras de elogio para sus compañeros de reparto, entre los que destacan la prometedora Keira Kightley (Ginebra), el galés Ioan Gruffudd (Lancelot), y el danés Mads Mikkelsen (Tristán).

En estos días, Clive Owen está rodando a las órdenes de Robert Rodríguez una adaptación del cómic Sin City en Texas. "Robert es un director sorprendente porque hace absolutamente de todo, desde dirigir hasta componer la música, y sin salir de su propia casa. Y en los descansos, se dedica a cocinar".