La Orquesta y el Coro de Cámara de Praga deleitó al público en un excelente concierto en el Auditori castellonense al que acudió numeroso amantes de la música, a pesar de los actos culturales simultáneos que se celebraban.

El programa era realmente atractivo. En primer lugar, el Adagio y fuga K456 de W.A. Mozart y las Vísperas solemnes de confesor K339 del mismo autor; dos obras excepcionales que se ejecutaron con justeza y expresión.

En la segunda parte, Salve Regina n° 2 de Haydn, interpretada con fidelidad en el que sus componentes mostraron su buen hacer. Finalmente, la Misa de Navidad Checa de J.J. Ryba hizo revivir los momentos navideños más intensos, con una inspiración folclórica y entrañable. Cada momento recordaba, lejos de la rigidez litúrgica, la alegría de los pastores. El cuarteto de voces, el órgano, orquesta y coro dieron una nota bucólica a la composición. El director, Martin Turnovsky dirigió con seguridad y solemnidad cada movimiento. Entre las voces quizá destacó el barítono, sin menoscabo de los otros solistas.