Chuck Berry fue el Moisés del rock´n´roll, el pionero que apartó las aguas hace medio siglo para guiar a los altares a la guitarra eléctrica, convirtiéndola en altavoz de una nueva era. Esa guitarra y su voz se metían en las casas a través de la radio para cantar que tocaba soñar con coches, ritmos frescos y amores locos. A la juventud le encantó, los censores y la justicia tomaron medidas, Elvis Presley les echó una mano al ponerse a imitar a Rodolfo Valentino, Hollywood exprimió el negocio y el resto es historia.

Berry, de 78 años, finalizó ayer en Cartagena una gira española de cuatro fechas que ha pasado por Granada, Salt y Madrid. La trayectoria de este mito del rock´n´roll hace lustros que sobrevive como souvenir nostálgico; su última visita a las listas de éxitos data de 1972, cuando la oda a la masturbación My ding-a-ling le hizo disfrutar del único número uno de su carrera. De hecho, ésta empezó a tambalearse bien pronto, en 1959. Hasta entonces se había dedicado a coleccionar prestigio y éxitos en el top ten, varios de ellos inseparables de la memoria colectiva del siglo XX, como Roll over Beethoven, Sweet little sixteen y Johnny B. Goode. Pero aquel hombre que triunfaba tenía algo peligroso para el establishment del momento: era negro. Y capaz de convertir la subcultura en arte elevado y hacerla sonar tan simple como efectiva. "Minimalismo instintivo", como definió su música el crítico Robert Christgau. Sus letras funcionaban como tratados de identidad nacional y entretenimiento para los jóvenes blancos, pero sin marginar al público afroamericano. Demasiada interracialidad para la época.

Así que fue acusado de inducir a la prostitución a una menor. Y eso que ya se lo veía venir: más listo que el hambre, solía fotografiar desnudas y contentas a sus amantes blancas tras las relaciones sexuales para defenderse por si le acusaban de violación. Le sometieron a un primer juicio declarado nulo por irregularidades xenófobas, pero el segundo lo mandó en 1962 a una cárcel de Indiana.

Pero Berry no es el único pionero del género al que el barbecho creativo, el darwinismo discográfico, la censura, el público desmemoriado y los errores han conducido al museo de cera. Casualmente, los otros dos grandes supervivientes de la primera generación del rock´n´roll, Little Richard y Jerry Lee Lewis, también están ahora de actualidad.

Richard, que a finales de este año cumple los 70, por participar en el Crossroad Festival (Gijón, del 21 al 24 de julio). Y Jerry Lee, nacido igualmente en 1935, por publicar esta primavera el disco The pilgrim, en el que colaboran una veintena de estrellas de rock, blues y country.