La Navidad en clave castellonera volvió a cobrar vida anoche en la representación del Betlem de la Pigà en el Teatro Principal con un pesebre viviente, que cumple ya 30 años, basado en las antiguas tradiciones castizas del Castellón de otro tiempo.

Un juguete cómico navideño por el que desfilaron, junto a los personajes bíblicos de la Natividad del Señor, tipos populares como el municipal Coll de Pato, el cacaüero, les beates del cor de sant Nicolau, el cego Maseo, la conlloga de Tombatossals... y Quiqueta la Pigà, verdadera protagonista de un comboi de ternura y cariño, con textos de Miquel Peris y música de Matilde Salvador, y que evoca un horno del Raval de Sant Félix.

Un montaje escénico trufado de referencias a las costumbres más enraizadas de la ciudad y también a la actualidad más palpitante, como la gripe A, y, por ello, el rey Herodes salió este año al escenario en camilla, en una sucesión de gags y divertidas estampas, con el estreno esta edición de un nuevo decorado. Como anunció el director escénico de la obra, Rafael Lloret, "ante la gran demanda del público castellonense, nos estamos planteando realizar al año que viene dos representaciones, ya que mucha gente se queda sin poder presenciar la obra y así dar más opción para que la vea más gente".