Desde los principios del hombre, a la Tierra se la ha cantado, tocado y bailado. Como escribe Homero en sus ‘Himnos’, la madre Tierra es la más antigua de todo lo existente, origen nutriente de todos los seres vivos. A ella cantamos y veneramos en nuestro espectáculo, como hicieron todas las culturas desde los mismos orígenes del universo; al elemento Tierra como principio y fin de todas las cosas, como sustento y promotor de prosperidad y vida”. Así explican los componentes de Kimbala el origen de su espectáculo ‘A la tierra’.

En este proyecto diseñado por Enric Monfort, somos testigos de cómo la percusión se erige como línea maestra de manifestaciones artísticas procedentes de diferentes puntos de la geografía española que se unen para cantar, en contacto con culturas musicales de otras latitudes, a la Tierra, común a todos nosotros. “Cuando las raíces son auténticas, músicas diferentes se complementan”, remarcan. En el caso de ‘A la tierra’ cuentan con la leyenda del flamenco-jazz Jorge Pardo a las flautas y saxos, el cante de Eva Durán, y por supuesto la maestría bailaora de Antonio Canales, además de los seis solistas que conforman Kimbala.

“Nuestro ritual como forma de gratitud y esperanza de futuro consta de canto, baile y música, los tres medios primigenios para comunicarse, entender y relacionarse con aquello que permanece”, inciden.

La música de percusión se ha insertado en la cultura contemporánea como uno de los medios más efectivos y directos de comunicación global, algo que se podrá comprobar el próximo 25 de enero en el Paranimf de la Universitat Jaume I. ¡Para no perdérselo!