Escoltado por sus tres inmediatos superiores, el secretario autonómico de Cultura, Manuel Girona; el director general del Institutut Valencià de Cultura (IVC), Abel Guarinos; y el director de Artes Escénicas del organismo cultural, Roberto García, impasible y con la mirada hacia el infinito, el nuevo coordinador de la unidad territorial del IVC en Castellón, Alfonso Ribes, porfió y arriesgó en sus primeras palabras ante los medios de comunicación, ayer en rueda de prensa: «Mi proyecto va a ser revolucionario en la cultura de Castellón».

Ribes, consciente de la voluntad de la administración autonómica de Cultura de «descentralizar las artes escénicas como vertebración territorial», manifestó como líneas básicas de su gestión «la captación de público y conseguir que la misma programación que se haga en Valencia o Alicante llegue a Castellón». Huyendo de la gestión de la administración anterior, que calificó de «razonablemente comercial», puso como ejemplos de sus prioridades «potenciar la música del FIB en Castellón y dar impulso al jazz; hacer una revolución de 180 grados, sin obviar las características propias y singulares de la cultura en clave castellonense».

Por ello, ha iniciado «reuniones con otras administraciones públicas, como es la Concejalía de Cultura de Castellón y la UJI, para la programación conjunta».