Primero fueron las grandes cadenas de librerías. Más tarde, la piratería que propició la llegada de los ebooks. Luego, la irrupción del gigante Amazon, y ahora, el covid-19. Las librerías independientes no lo han tenido fácil para continuar con una labor que va más allá de la mera venta de libros, pues son agentes culturales de primer orden. Es más, podría decirse que a duras penas muchas de ellas han sobrevivido en la última década, y por desgracia, un gran número ha malvivido en ese tiempo.

En la provincia de Castellón esta cruda y triste realidad no ha sido una excepción. No obstante, lejos de deponer las armas, bajar los brazos y ondear la bandera blanca de la rendición, las librerías castellonenses están dispuestas a plantar cara al coronavirus gracias, en gran medida, a su servicio de venta on line. «Nosotros estamos dispuestos a llevarles los libros a casa; ahora bien, son ellos, los lectores, la ciudadanía, los que tienen que querer leer, y para ponérselo fácil en nuestra web ofrecemos las 24 horas del día, durante 365 días al año, cerca de 65.000 títulos electrónicos actualmente, y una oferta de libro físico que se acerca a los 25.000 títulos en este momento», explica Juan Vicente Centelles, responsable de la librería Argot, situada en la calle San Vicente —www.argot.es—.

Venta ‘on line’

En la librería Noviembre de Benicàssim también existe un servicio por internet —www.librerianoviembre.com—, si bien, tal y como indica Mònica Bernat, la venta que se puede llegar a hacer «es insignificante», en parte, aseguran, porque Amazon «es un monstruo que se lo come todo. Debe estar haciendo su particular agosto».

En este sentido, Bernat, quien dirige la librería benicense junto a Cèlia Puchol, remarca la nueva iniciativa a la que muchas librerías independientes de toda España se han sumado y que ya está disponible en la web, como es la plataforma digital todostuslibros.com que fue presentada por la Confederación de Asociaciones y Gremios de Librerías (CEGAL) en su congreso nacional en Málaga antes del periodo de confinamiento. Este es un proyecto elaborado con mimo y delicadeza por los propios libreros, con colaboraciones de editoriales y distribuidores, y con el que quieren arrebatar un trozo de tarta a los grandes del sector digital aprovechando precisamente ese trato personal y diferenciado que los lectores encuentran en las medianas y pequeñas librerías como las castellonenses Argot, Babel, Plácido Gómez o Noviembre, por citar algunas.

Pese a todo, la crisis provocada por el coronavirus ha generado otra situación nunca antes vista que hace tambalear no solo al sector de las librerías sino a toda la industria del libro, como la decisión de varias editoriales de colgar en sus respectivas web algunos de sus títulos para descargarlos de forma totalmente gratuita durante estos días de reclusión. Esto, que a priori ha obtenido una gran acogida por parte de un gran número de lectores, puede suponer a la larga un problema añadido para el bienestar (económico) de un sector ya de por sí débil, como la mayoría de las porciones que conforman la industria cultural en España, ya que se dejan de comprar libros vía internet a estos pequeños negocios, lo cual afecta directamente al sustento de cientos de familias.

Situación crítica

A finales del mes de noviembre del pasado año 2019, CEGAL y el Ministerio de Cultura dieron a conocer el informe Observatorio de la librería, donde se certificaba que el sector vivía su momento más complicado desde lo peor de la crisis financiera. Este documento también advirtió que la mitad de las librerías no alcanza a facturar más de 90.000 euros anuales, lo cual las deja al límite de la supervivencia. ¿Qué pasará ahora con el impacto del covid-19? «No nos engañamos, sabemos que las consecuencias económicas son y serán desastrosas. Aunque intentamos alejar los pensamientos más negativos, es inevitable pensar que muchas de las librerías pequeñas no podremos superar esta situación de dique seco», asegura Mònica Bernat, para añadir que «la industria del libro es una cadena en la que se encuentran las editoriales, las distribuidoras y las librerías. Nosotras somos la parte más débil, si bien me consta que algunas distribuidoras nos están dando ya facilidades y estoy convencida que si la cadena se mantiene unida y solidaria tendremos una oportunidad».

Por su parte, desde Argot apelan también a la solidaridad de todos. Según Juan Vicente Centelles, las secuelas del coronavirus pueden frenarse si los lectores «nos hacen pedidos por teléfono, email o web; nosotros se los llevaremos a casa en 24 o 48 horas y contribuirán a que la economía circular, que revierta en ellos mismos, funcione».

Leer para reflexionar

Además de la «competencia desleal» de los gigantes del comercio electrónico, y de ciertas campañas arriesgadas de la propia industria del libro, y de la incógnita real sobre cómo afrontar los pagos de marzo, abril y muy probablemente mayo, las librerías castellonenses no cejan en su empeño a la hora de fomentar la lectura. Pero, ¿hacen falta campañas como #YoMeQuedoEnCasa o #QuédateEnCasa para hablar sobre lo beneficioso que es la lectura? Juan Vicente Centelles, de Argot, asegura que no, para nada. «No hay que llegar a extremos, pero hay que querer leer, y mucha gente prefiere ver la televisión, las redes sociales o hacer macramé, antes de coger un libro. Como muy bien dice nuestro amigo, lector y escritor, Raúl Ariza, leer requiere de un esfuerzo. Estamos perdiendo la capacidad de concentración por la inmediatez del mundo en el que vivimos». A colación de esto, Mònica Bernat remarca que «se nos está bombardeando con mil iniciativas, la mayoría muy interesantes, para tener la mente ocupada, y es normal y saludable; sin embargo aprovechemos también este tiempo para la reflexión, para pensar en nosotros y en nuestra sociedad».

Ambas librerías, Argot y Noviembre, seguirán proponiendo lecturas en estos tiempos extraños y convulsos a través de su web y en redes sociales. Ambas se encomiendan a los lectores, porque «son ellos los que van a salvar a las librerías».