Resulta evidente que la situación sanitaria a nivel mundial no es precisamente propicia para la celebración de eventos como los festivales internacionales de cine, que por su naturaleza exigen constantes aglomeraciones humanas tanto en el interior de salas de proyección como alrededor de alfombras rojas y en los que, por tanto, resulta imposible garantizar las medidas de seguridad pertinentes frente al coronavirus. Y, a pesar de ello, la Mostra de Venecia sigue adelante en su convicción de celebrar su 77 edición dentro de poco más de un mes, entre el 2 y el 12 de septiembre; el espectáculo, suele decirse, debe continuar.

Inevitablemente, eso sí, este año el espectáculo lo será bastante menos. Abel Ferrara, Andrei Konchalovsky, Amos Gitai, Gianfranco Rosi, Lav Diaz, Luca Guadagnino y Álex de la Iglesia -que presentará en la muestra el primer episodio de su nueva serie, 30 monedas- serán los nombres propios más reconocibles de una programación que, a tenor de lo que han anunciado este martes los responsables del certamen, resulta excepcionalmente limitada en términos de tamaño, relevancia y atractivo.

Esa merma respecto a ediciones anteriores se pondrá de manifiesto desde el inicio mismo del festival. Como ya se avanzó días atrás, la tarea de inaugurar la Mostra recae este año sobre Lacci, de Daniele Lucceti, anatomía de un matrimonio azotado por las infidelidades, el chantaje emocional y la culpa. No hay más que recordar que en ediciones pasadas ese honor fue a parar a títulos como Gravity, Birdman o La La Land -que usaron el festival como su particular línea de salida en su carrera hacia el Oscar- para apreciar la diferencia de ambición. En cualquier caso, que Lacci sea la primera película italiana en los últimos 11 años en asumir la responsabilidad de abrir el certamen es un botón de muestra de la mayor atención que, obligado por las circunstancias, el festival prestará durante su transcurso al talento local.

Aspirantes al León de Oro

Es necesario matizar que ni De la Iglesia ni buena parte de los cineastas mencionados arriba se encuentran entre quienes competirán por el León de Oro a la Mejor Película. El último trabajo de Guadagnino, Salvatore, The Shoemaker of Dreams es un documental sobre la vida del diseñador Salvatore Ferragamo, y poco se sabe de lo nuevo de Ferrara, Sportin Life, más allá de que se trata también de una obra de no ficción; por lo que respecta a Diaz, autor filipino que en su día obtuvo el máximo galardón en este festival gracias a The woman who left (2016), participará en la sección paralela Horizontes con Genus Pan.

Y entre los que autores que sí aspirarán a figurar en lo más alto del palmarés se encuentran tres viejos conocidos del festival: Gitai presentará la comedia dramática Laila in Haifa, Konchalovsky estrenará Dear Comrades -recreación de una matanza de obreros rusos sucedida en 1962-, y Rosi intentará ganar su segundo León de Oro con su nuevo documental, Notturno, rodado en Oriente Próximo. El primero lo obtuvo gracias a Sacro GRA (2013).

Por supuesto, las estrecheces que la Mostra aquejará este año también se harán notar en la presencia -o más bien la ausencia- de celebridades; Cate Blanchett y Tilda Swinton han confirmado que viajarán a Venecia, la primera en calidad de presidenta del jurado y la segunda para recibir un premio honorífico. Sin embargo, ¿qué otros intérpretes y directores querrán viajar con sus películas bajo el brazo -y quienes podrán hacerlo, dadas las restricciones de tráfico aéreo que quizá seguirán vigentes- a una de las que han sido zonas calientes de la pandemia? Es solo una de las incógnitas que planean este año sobre el certamen italiano. Y no está claro que sus responsables, empeñados en erigirse en organizadores del primer festival cinematográfico pospandemia, tengan claras las respuestas. Según afirmó semanas atrás su director artístico, Alberto Barbera, la Mostra será una celebración significativa de la reapertura que todos hemos estado esperando y un mensaje de optimismo para el mundo del cine, que tanto ha sufrido por esta crisis. Ojalá tenga la fiesta en paz.