El 25 de marzo, en el Teatre Principal de Castelló, la coreógrafa, bailarina y actriz castellonense Pepa Cases presentará su nuevo libro Danza y confinamiento. Se trata de un proyecto didáctico y singular por varios motivos, uno de los cuales, y quizá el más importantes, es su doble vertiente, ya que está destinado tanto para los más pequeños como para el público adulto.

¿Cómo surgió la idea de hacer el libro ‘Danza y confinamiento’?

Pues, un poco por casualidad. Debido al confinamiento, las clases que dirijo e imparto en el Aula de Dansa de la UJI y en la EMD de Vila-real decidimos que fueran on line y para ello pensé que el alumnado podría necesitar otro tipo de dinámica. De ahí que les propusiera enviar material teórico. Muchos de los alumnos me dijeron que era un tesoro y que era una lástima que mucha gente no accediera a él. Así pues, pensé en compartirlo de una manera más bonita y profesional.

Desde tu perspectiva, ¿qué papel ha jugado la danza en este periodo tan extraño de pandemia?

La danza juega un papel muy importante porque involucra el cuerpo, la mente y el alma. Yo pienso que la danza no se puede aprender por internet. Evidentemente, necesita de la presencialidad para hacer una formación correcta al 100%, pero es cierto que, durante los tres meses de cuarentena no solo hizo que las personas de las clases mantuvieran su formación, interesándose por la creación y por la sensibilidad del cuerpo, sino que ayudó a muchos a luchar contra la soledad, la tristeza, la impotencia...

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Pepa Cases presenta su libro 'Danza y confinamiento'

Independientemente del nivel de cada persona, la danza forma parte de nuestra vida. Mover el cuerpo nos hace libres, nos hace sentir bien y cuando no podemos hacerlo nos afecta y mucho. ¿Quién no ha bailado en este periodo extraño del que hablas? ¿Quién no ha bailado en su casa durante el confinamiento?

¿Qué peso dirías que tiene actualmente la danza en las programaciones de nuestra provincia?

Creo que tiene una presencia considerable. Por ejemplo, en el Paranimf de la UJI, donde Toni Valesa fue pionero en programar danza. Después, en el Teatre Principal, donde en estos últimos años se está haciendo un trabajo magnífico gracias a Alfonso Ribes. Eso sí, todavía falta que los pueblos arriesguen en programar danza sin pensar que no tendrán público. Todo el que ve danza se engancha, porque tiene el encanto de enamorar sin la palabra. Ciudades como Vila-real llevan diez años apostando por la danza contemporánea. Al pensarlo, se me cae la baba.

Sabido es que el covid-19 ha suspendido o pospuesto muchos proyectos e ideas. ¿En qué trabaja Pepa Cases actualmente?

Las cancelaciones y proyectos aplazados parecen ser nuestro pan de cada día, ahora y siempre, porque en la cultura siempre hemos estado en crisis, aunque los artistas nos sabemos reinventar como nadie. En mi caso, voy a presentar este libro en las tres provincias de la Comunitat, estoy sacando temas nuevos de mi tercer disco como Pepa y del proyecto musical Guerrero, preparando las programaciones de los festivales que dirijo —Vila-real en Dansa, Albalat en Dansa y Fez Tales—, haciendo actuaciones del espectáculo Bésame 2.0, que lleva casi 10 años en cartel, coordinando el Aula de Dansa de la UJI y la EMD Vila-real y los actos del Día Internacional de la Danza y las muestras final de curso, preparando una pieza nueva de danza que estreno en abril, con ganas de que renovamos lo programa Trau la llengua de À Punt Mèdia... No paro.