Una leyenda viva del piano. Inmenso. Carismático. Colosal. Magnético. Definir la maestría de Grigori Sokolov es complejo porque son tantas sus virtudes, que unos cuantos apelativos al uso no le harían verdadera justicia. Hablar de Sokolov es hablar de Historia. Él es, sin duda, uno de los intérpretes que han configurado, con su destreza y sensibilidad, la historia de la música del último medio siglo.

Saber que este mes de abril, la belleza expresiva y la honestidad convincente del arte del ruso podrá disfrutarse en la provincia de Castellón por partida doble es algo que sorprende, por una parte, y fascina, por otra. A pesar de haber actuado con anterioridad en esta tierra, su presencia aquí no deja de considerarse como una especie de espejismo, quizá por ese sentimiento de inferioridad que en ocasiones se apodera de la sociedad castellonense con respecto a otras zonas del país. No obstante, la noticia de que Sokolov vaya a ofrecer dos conciertos aquí es signo inequívoco de que la gestión cultural por parte de los diferentes entes y administraciones está funcionando, y bien —si tenemos en cuenta que seguimos inmersos en una situación de emergencia sanitaria—.

El 16 y el 28 de abril son las fechas elegidas por al pianista ruso para ofrecer sus interpretaciones poéticas, que cobran vida con una intensidad música en la interpretación. El profundo conocimiento de las obras de su vasto repertorio provoca que así sea. Su primer destino será el Auditori Leopoldo Peñarroja de la Vall d’Uixó, y el segundo la sala sinfónica del Auditori i Palau de Congressos de Castelló. En ambos conciertos, a pesar de que ya ha anunciado el mismo artista que podría haber alguna alteración en su programa, interpretará en la primera parte cuatro de las Polonesas de Frédéric Chopin —concretamente, C-sharp minor op. 26 nº. 1; E-flat minor op. 26 nº. 2; F-sharp minor op. 44 y A-flat major op. 53—, y ya en la segunda, los Diez preludios, Op. 23, de Sergéi Rajmáninov, compuestos en 1901.

Sokolov es uno de los referentes indiscutibles de la música clásica actual. Mary Slepkova / DG

Un talento innato

El prodigioso talento de Sokolov fue reconocido en 1966 cuando, a los 16 años, se convirtió en el músico más joven en recibir la Medalla de Oro en el Concurso de piano Internacional Tchaikovsky en Moscú. Desde entonces, su trayectoria ha ido in crescendo hasta alcanzar el máximo nivel y reconocimiento.

El carismático arte del pianista ruso tiene el poder de generar la concentración necesaria para que el público contemple incluso las composiciones más familiares desde nuevas perspectivas. Ciertamente, durante sus recitales atrae a los oyentes a una relación cercana con la música, trascendiendo la exhibición superficial y el espectáculo para revelar un significado espiritual profundo. En este sentido, el arte de Sokolov se basa en los sólidos cimientos de su personalidad única y su visión individual.

Cabe destacar que desde 2015 Sokolov es artista exclusivo del histórico y casi mítico sello Deutsche Grammophon. Su asociación ha hecho posible la publicación de diversas grabaciones, todas ellas extraídas estrictamente de conciertos en directo. La grabación más reciente (2020) combina un doble CD con música de Beethoven y Brahms con un DVD de un concierto en vivo grabado en Il Lingotto de Turín con música de Mozart y Beethoven y dirigido por Nadia Zhdanova.