Nadar con atunes y otras aventuras gastronómicas que no siempre salen bien (Debate) es el título del nuevo ensayo del vila-realense Pau Arenós. El periodista y Premio Nacional de Gastronomía ofrece una singular cartografía de personas, lugares, ingredientes y platos a través de los diferentes mapas que organizan este libro. Todos estos elementos tienen en común la búsqueda que el autor emprende, porque el periodismo, incluso el gastronómico, va de eso: de indagar y si hay suerte encontrar. «De todo eso... y muchísimas cosas más... trata este libro, y para llegar a esas personas y situaciones es necesario el mapa, la brújula y alguien que guíe e interprete. Entendamos al periodista como eso, como un intérprete. Y a veces, solo a veces, como explorador. Querríamos proyectarnos como aventureros y no pasamos de turistas bien informados», explica él mismo.
Curiosidades e inquietudes
Aunque el libro comience con un prólogo pegado a la cruda e inmediata realidad, «Lecciones que (no) hemos aprendido de la pandemia», en estas páginas también hay espacio para explicar el origen de platos totémicos como los huevos Benedict, la ensaladilla rusa o el solomillo Wellington. ¿Será cierto lo que nos han contado sobre ellos? «Me interesa mucho el origen de las preparaciones legendarias. Quién fue el primero que hizo qué. Desde este punto, ya digo que se trata de una temeridad: existen más mentiras en torno a la creación que en el Antiguo Testamento. Ese tercer apartado del volumen también requiere de un plano con el que llegar a algún destino o a alguna certeza. Los huevos Benedict, la ensaladilla rusa o el solomillo Wellington: (…) Leyendas repetidas hasta el infinito gracias a la modalidad cortar y pegar. Veamos si somos capaces de alguna luz, aunque sea la del flexo», asegura Arenós, quien combina en este ensayo a las cocineras y los cocineros top con las carreteras secundarias. Restaurantes que los críticos desprecian o infravaloran y que son, la mayoría de las veces, fenómenos sociales. Dolor, enfermedad, muerte: la vida es así. La gastronomía es así, llena de aciertos y de desastres, de viajes que acaban mal o de placenteras experiencias que impulsan a una nueva dimensión.
En definitiva, tal y como explica el vila-realense, este libro se colma de vivencias singulares que merecen ser narradas. No hay otra aspiración, afirma: «Dar con historias potentes e intentar explicarlas ahondando lo máximo. Contar alrededor de un fuego. Ese es un oficio desde hace milenios. Y si además hay una botella de vino, unas chuletitas o unas sardinas para pasar por la brasa y pan tostado con allioli, la dicha está servida».
