El fenómeno del vinilo ha revolucionado las nuevas generaciones de la provincia castellonense. Últimamente, entrar en Instagram se convierte en un viaje instantáneo a la época dorada del formato analógico. No es tan raro apreciar cómo los jóvenes coleccionan y disfrutan de la música a través del vinilo, quedando hipnotizados por el movimiento de la aguja que golpea suavemente el disco.

Una reliquia que vuelve a brillar con la apuesta de grupos emergentes de la provincia que recuperan la nostalgia escondida entre el polvo de los discos. Más allá de coleccionistas y melómanos, el valor de este soporte ha resurgido, pero ¿es una moda pasajera en Castellón o realmente les apasiona el formato?

El valor de lo analógico en Castelló

Al menos en Castelló se mantiene esta esencia analógica. Desde Krakatoa Records, una fábrica castellonense de vinilos, conservan el formato físico y tangible apostando por una industria musical de calidad. Como cuenta Bernat Fayos, trabajador en la fábrica, emprendieron el proyecto con muchas ganas después de ver que no había ninguna fábrica de vinilos en todo el territorio. A su vez, supuso un cambio drástico en la rutina de los socios, los cuales dejaron a un lado sus trabajos, pues «no les aportaba una gran estabilidad», y se decantaron por la pasión de los vinilos.

Los inicios no fueron fáciles, pues ya cuando empezaron se apreció un volumen alto de demanda, pero todo se producía en el extranjero. Hacerse un hueco en el sector ha sido complicado. Sin embargo, como explica Bernat Fayos, en el último año y medio sí que han notado «un aumento progresivo de la demanda de vinilos en la fábrica».

Distribución de los vinilos en Krakatoa Records. MEDITERRÁNEO

Ya en el 2020, según el Anuario de las Artes Escénicas, Musicales y Audiovisuales (SGAE), se aprecia un auge muy evidente de este formato con cifras de 18,4 millones de euros. El propio trabajador de Krakatoa Records apunta que por parte de la gente que compra música, «cada vez más hay una tendencia a no comprar CD y coleccionar vinilos». Por lo que si un artista quiere vender su música, tendrá que adaptarse a lo que pide el consumidor actual del vinilo.

Cultura underground

Las cifras hablan por sí solas y demuestra que muchos oyentes apuestan por esta alternativa. Pizzicatto es artista y promotor natural de Benicàssim. Es fiel defensor del vinilo en la subcultura underground de la música electrónica, pues dirige su propio sello junto a Fernando Rebo, Lespalmes Discs, el cual solo edita en este formato habiendo vendido más de 1.000 copias en todo el mundo. Pizzicatto está de acuerdo en que los vinilos están reviviendo su segunda juventud, pues en estos últimos años «el mercado del vinilo ha alcanzado cifras de los años 80», reconoce Pizzicatto.

El artista Pizzicatto en su estudio con un vinilo propio. MEDITERRÁNEO

La estética vintage del momento

Las discográficas han recuperado este fenómeno a causa del boom del formato. Artistas de géneros como el rap, indie, electrónica o incluso reguetón han tropezado con una oportunidad de negocio importante entre los movimientos underground. El motivo de su reaparición, según Anna Millo, la cantante benicense del grupo de música jamaicana The Dance Crashers, es la estética vintage imperante del momento. «Esta ha influido mucho en que el vinilo se haya revalorizado y haya vuelto a ser producto de mercado», explica Anna.

Si es una moda o no, Bernat Fayos desde Krakatoa Records está convencido que eso lo decidirá el tiempo. Aun así, destaca que los artistas no tan mainstream que a día de hoy están produciendo en vinilo, lo seguirán haciendo más adelante porque es un formato muy arraigado.

Colección de vinilos. MEDITERRÁNEO

Los músicos responden a la moda

A pesar del coste que supone producirlo y distribuirlo, además del riesgo de que no tenga suficientes ventas; el cliente vuelve a sus raíces más preciadas. Posiblemente, se han dado cuenta de que «este formato es ideal» para escuchar música en cualquier lugar que se pueda instalar un tocadiscos, expresa el benicense.

Otro de los obstáculos que ha esquivado el vinilo es la aparición de plataformas digitales y consumir música desde la “nube”. Pero, Anna Millo puntualiza que el consumidor en general sigue apostando por escuchar música física «aprovechando la moda estética que aporta el vinilo». Así, en cuanto a los jóvenes, Bernat Fayos afirma: «Sí que es cierto que muchos se interesan por el formato y le han pillado el gusto». Más allá de Spotify, esta es una buena alternativa para escuchar música con un toque original en comparación con otros soportes actuales.

Desde The Dance Crashers, Anna Millo reconoce que el vinilo está de moda. La pasión por parte de la gente melómana esta presente en géneros como el hiphop, jazz, música jamaicana… Ella misma cuenta que hay estilos musicales que siempre han tenido el vinilo como parte fundamental de su cultura, superando así la aparición del CD. Es por lo que confían en que la ilusión por el vinilo se mantenga, ya que les gustaría «seguir apostando por este formato en futuros proyectos». Confiesan que el capitalismo hace que las modas pasen muy rápido, por lo que es complicado conocer el rumbo exacto del vinilo y ni si este ha venido para quedarse.