Castellón ha sido y es una tierra fértil en cuanto a creatividad artística. En los últimos años, una nueva generación de artistas está dando que hablar, tanto aquí en la provincia como fuera, siendo Daniel Dobarco uno de esos talentos jóvenes a los que merece seguirles la pista. Recientemente ha presentado en la galería Espai Nivi Coll Blanc su obra bajo el título de Bellum, belli, bello, una exposición comisariada por Silvia Tena.

¿Quién es Daniel Dobarco y cómo se inicia en el enigmático mundo del arte?

Daniel Dobarco en realidad es un pseudónimo de Daniel Álvarez Álvarez. Decidí utilizar el apellido de mi abuela paterna, porque provengo de una familia gallega y todos mis apellidos gallegos se perdieron.

Hay un punto de inflexión en cuanto a mi relación con el arte. Siempre se me dio bien el dibujo en la escuela y una profesora en 5º de Primaria le dijo a mi madre que me apuntara a una academia. Una vez allí, me tocó elegir una lámina para copiarla y vi La Noche Estrellada de Van Gogh; ahí me di cuenta de que habían más maneras de mirar a la realidad.

Formas parte de una potente generación de artistas. ¿Dirías que es coincidencia o fruto de un esfuerzo común?

Bueno, creo que es difícil responder a algo tan complejo. La idea generacional en el arte va a una velocidad diferente a la que tenemos como etapa generacional social. Yo creo que hay dos focos principales de este vergel artístico, uno ha sido Internet y las redes sociales y otro la crisis económica. El primero ha generado un punto de encuentro que con los años ha producido un arte en común que recupera casi la energía de las vanguardias. Por ejemplo en relación a la pintura, se puede observar que en lo plástico se perciben conexiones en cuanto al estilo y tiene mucho que ver el fenómeno del meme, del nuevo arte naíf.

«Realmente yo soy muy clásico, amo la pintura española. Goya y Picasso, aunque suene a tópico, son mis principales referentes»

La pintura ha recuperado, o más bien ha reforzado, el apadrinamiento con lo conceptual, pero es aquí, y no en tanto en el estilo, donde quizá se pueda ver más la subjetividad de cada artista (que incluso puede rechazar ambos). En cuanto a la crisis, somos una generación desempleada, viviendo con micro-contratos y trabajos de media jornada, por lo cual tenemos tiempo, tiempo y precariedad, pero al menos utilizamos el tiempo. Como dijo Oscar Wilde, el trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer, así que hay mucha gente con muchas cosas para hacer. ¡Qué no se me malinterprete!

Aquellos que han seguido de cerca tu trayectoria han podido contemplar cómo te has ido alejando de la figuración en tu obra. Aunque no quisiera ahondar en la eterna dicotomía figuración vs. abstracción que parece haber protagonizado numerosos debates en el último siglo, sí querría que me explicases cómo ha ido evolucionando tu pintura.

En un principio quería aprender todo lo que me ofrecía el óleo, sobre todo a la manera barroca. Estaba obsesionado con los pigmentos, las mezclas, los medios, las transparencias y las opacidades. Hubo un día, cuando terminé un cuadro con el que estuve tres meses, en que me di cuenta que ese cuadro estaba muerto. Había hecho justo lo que quería hacer;era, salvo por el estilo, lo mismo que el esbozo que había hecho con antelación. 

En ese punto, me di cuenta que lo que quería no es ser el pintor de mi obra sino el primer espectador de la misma. No diría que haya ido hacia la abstracción, más bien que me he alejado de la representación, ello me permite participar del acto pictórico de una forma completa, hay un dialogo entre los dos en el que siempre salgo perdiendo. Si hago ahora algún esbozo, no es más que un apunte, y cuando he terminado el cuadro, muchas veces, ya no tiene nada que ver con su idea original.

'Bellum, belli, bello' es el título de la exposición que presentó en Espai Nivi Coll Blanc.

Recientemente ha finalizado tu exposición ‘Bellum, belli, bello’ en Espai Nivi Coll Blanc, una muestra comisariada por Silvia Tena. ¿Qué puedes decirnos de esta experiencia? ¿Cuál fue el origen de esta propuesta expositiva?

La experiencia ha sido genial, tanto Mariano Poyatos como Silvia Tena han sido unas personas maravillosas. Da gusto sentirte como en casa y la humanidad que desprenden. El origen de esta propuesta vino por parte de Mariano. Un día me llamó y me dijo que quería contar conmigo, que le había gustado mucho la nueva obra que estaba realizando y que sería Silvia Tena quien iba a comisariarla, lo cual me alegró sobremanera. 

Poder contar con el apoyo de gente así y que se exhiba la obra es como sentir que se cierra una etapa y que ha concluido maravillosamente, expuesta y no en el almacén. La obra la produje durante mi estancia en Berlín en la residencia GlogauAir, gracias a la beca dotada por la fundación Dávalos-Fletcher, quienes confiaron en mi proyecto. Les estoy profundamente agradecidos y qué mejor que haberla podido exponer en un espacio así y también de Castellón.

¿Cómo ha sido trabajar en este espacio y con el discurso/apoyo de una profesional como Tena?

El espacio que han creado Mariano y su mujer Filomena es simplemente una maravilla, la propuesta de situarlo en un lugar como Culla, en zona rural, con un entorno de esa belleza que solo concede la soledad y la calma, es increíble. El disponer de dos alturas te permite pensar y articular la obra, plantearte formas expositivas diferentes, por lo que hice una pieza nueva. En cuanto a Tena, sólo puedo decir que fue fantástico contar con ella, las conversaciones que tuvimos y las entrevistas, así como el texto final, no puedo más que darle las gracias, creo que hubo una conexión completa y transmitió perfectamente el conjunto conceptual.

«La pintura ha recuperado, o más bien ha reforzado, el apadrinamiento con lo conceptual»

Imposible no preguntarte tus influencias. ¿Qué trabajos o artistas te han marcado más?

Realmente yo soy muy clásico, amo la pintura española. Goya y Picasso, aunque suene a tópico, son mis principales referentes, tienen algo que no podría describir, sientes la inmortalidad en su obra, es como mirar al sol hasta que se te queman lo ojos. No puedo no incluir a los compañeros que han pasado por el estudio que tenemos en València, Carlos Pesudo, Juan de Dios Morenilla, Alex Rotor y Gema Quiles. Mi pintura no sería lo mismo sin lo que he aprendido y aprendo de ellos.

Has sido uno de los artistas de la provincia que ha disfrutado de una beca Hàbitat Artístic. ¿Crees que este tipo de ayudas son necesarias para poder dedicarse profesionalmente a la carrera artística?

En mi caso, completamente. Te ofrecen tiempo, confianza y recursos los cuales te permiten pensar y trabajar a destajo. Haber podido convivir con otros artistas en Sant Pere gracias a la beca Hàbitat o en Berlín gracias a la Dávalos-Fletcher , ha sido una experiencia de las que no se olvidan y te marcan de por vida, de repente la creatividad estalla como una fuente y lo único que tienes en la cabeza es empezar con la siguiente obra.

Desde tu punto de vista, ¿qué necesita o qué le falta a Castellón para ser un territorio que abogue aún más por el arte, por la cultura?

Confianza y apoyo. Castellón es una cantera de artistas, debería contar más con ellos, prestarles atención. Tenemos un premio nacional de poesía joven como Carlos Loreiro, artistas, ilustradores, escritores, músicos, cineastas, incluso gente que se lo trabaja mucho ofreciendo un lugar para el arte, como el propio Mariano o la gente del espacio Cúmul que revitalizan el panorama indie castellonense, TEST que organiza Pascual Arnal y la feria MARTE, poniendo a Castellón sobre el mapa y acercando a artistas y galerías de todos los puntos. Por mi parte, he sido un afortunado y no puedo negar que le debo mucho a Castellón.

Daniel Dobarco es uno de los jóvenes artistas castellonenses con mayor proyección.