Desde el 20 de enero al 3 de abril, el Museu de Belles Arts de Castelló exhibirá nueve grabados de Francisco de Goya gracias a la estrecha colaboración entre el Institut Valencià de Cultura (IVC) y la Fundación Mapfre.

Se trata de nueve de las obras que conforman la célebre serie Los desastres de la guerra, que fueron publicados por primera vez por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1863 y estampados en el taller de Laurenciano Potenciano más de 30 años después de la muerte del gran artista.

Además de las 80 estampas que conforman esta serie, Goya realizó otras dos planchas a modo de epílogo, que fueron separadas del resto y no fueron incluidas en las sucesivas ediciones que se conservan en la actualidad. Cada una de estas siete ediciones tiene sus singularidades y todas, salvo la primera, fueron estampadas en la Calcografía Nacional.

‘Y no hai remedio’, otra de las estampas de la guerra que llegan a Castelló.

Colección Mapfre

La cuarta edición, que es la que forma parte de las colecciones de la Fundación Mapfre y cuyas piezas son las que ahora se exhibirán en Castelló, se hizo en 1906 a iniciativa de la Academia. De ella merece la pena señalar, según remarcan desde la entidad, «la delicadeza y el esmero cuidado con el que está realizada, pues se dejó una película uniforme de tinta para dar unidad a todas las escenas, siguiendo la pauta marcada por la primera edición».

Mirada única

La mirada de Goya es la de la lucidez, pero también la de la crueldad, la miseria, el hambre, la tortura y la muerte. En la representación se aleja de la visión tradicional en la que se exalta la figura del héroe para presentar una realidad sin fisuras. En las escenas construye un tiempo propio y va componiendo las distintas caras de la guerra, ajeno a las coordenadas espacio-temporales.

Similar es el tratamiento que da al espacio, tanto en los interiores como en los exteriores resulta equívoco. Al artista renuncia así a la visión general en favor de una aproximación extrema, trabajando normalmente con dos planos, prescindiendo de la profundidad de campo. De la misma forma se sirve de recursos escénicos para construir una obra realista y verosímil que nos implica como espectadores.

En cuanto a la acción, las escenas se presentan de una manera dinámica. Además, hay un movimiento que da unidad a la narración y recorre toda la serie.