Aunque la habíamos visto en papeles capitulares, Maggie Civantos (Málaga, 1984) se dio a conocer en 2014 con la serie 'Bienvenidos al Lolita'. No obstante, su gran despegue le vino un año después con su papel de Macarena en el drama carcelario 'Vis a vis', que derivó en el 'spin-off' 'Vis a vis: El Oasis', en 2020. En medio de ambas producciones, fue una de 'Las chicas del cable', la primera serie española de Netflix, y dio vida a una inspectora de policía en 'Malaka'. Ahora vuelve a marcar otro hito, protagonizando la primera serie española de Starzplay: 'Express' (producida junto con The Mediapro Studio). Y dando vida a otra antiheroína que enamora. 

Una serie trepidante no solo por la acción, sino también por cómo transita por las emociones. ¿Es eso quizá lo que la hace diferente?

Hay una combinación de géneros que funciona. Y te atrapa.

Encaja perfectamente el 'thriller' la vida familiar, el humor...

Tiene mucho que contar no solo la acción, el 'thriller', tiene muchos temas de actualidad. Y no te los cuenta, sino que los vives. Porque los personajes son víctimas de la sociedad exprés, del miedo. Y como espectador transitas por todo eso. Es muy bonito porque, al final, es una serie de entretenimiento, pero si quieres sacar reflexiones, puedes hacerlo, sin entrar en nada intelectual, sino porque has vivido durante la temporada todos estos conflictos. También morales. Se ha conseguido esa combinación de serie muy entretenida y con un ritmo trepidante, pero que te toca. Y es emocionante, porque los personajes te llegan y puedes empatizar con todo lo que te cuenta.

El tema que sirve de hilo conductor de todo eso es el secuestro exprés. Da miedo solo de pensarlo. 

Sí. Da miedo que esto pueda llegar a ser real. En España hay secuestros, pero no como lo cuenta la serie. Express plantea un futuro en el que se han puesto de moda los secuestros exprés como un negocio común. De hecho, por eso entra en juego una aseguradora, que es donde empieza a trabajar mi personaje, Bárbara: porque este delito es habitual en España. Pero esta moda viene de otros países en los que desgraciadamente ya está ocurriendo. De alguna manera da miedo, sí. Alguna vez he pensado: que esto ocurra sería horrible. Pero está contado y tratado con mucho respeto. Y es una excusa para contar otras cosas y hablar de una sociedad exprés que nos consume.

Bárbara está traumatizada por el secuestro, pero, al trabajar con ellos, lo revive y no pasa página. ¿Lo hace por venganza o por ayudar? 

Por ayudar. Es psicóloga criminal y lo necesita. Por algo que pasa en el primer capítulo, se pone contra el sistema de la policía. No cree en el protocolo que sigue para resolver los secuestros, con lo que monta un grupo de intervención rápida. Siempre le ha gustado ayudar, pero no sabe enfrentarse a su pasado y a su trauma. Y debe hacerlo para vivir un presente más sano. Hay varias tramas abiertas a lo largo de la temporada, pero hay una que siempre está latente: el dolor que siente. Efectivamente, ella quiere ayudar, pero también ayudarse a sí misma y no sabe cómo. No le sale muy bien.

Maggie Civantos en 'Express'. Julio Vergne

Es una 'superwoman' llevada al extremo: igual está resolviendo un secuestro que bregando con su hija adolescente o su ex. Eso la humaniza enormemente. 

La novedad de esta serie es la combinación de todos los géneros y la de un elemento futurista con otro tradicional: su casa, los problemas familiares..., lo que la hace muy cercana y humana. Y está muy bien engranado todo. Si querían contar una historia en la que pudieras entender al personaje en toda su complejidad y hablase de una sociedad en la que nos toca vivir, es muy inteligente haberlo hecho de esta manera. Porque empatizas desde el minuto uno con esta mujer que se exige ser la mejor en el trabajo, ser buena madre... Hay un capítulo, 'Las malas madres', en el que hay un monólogo fantástico que pone esto sobre la mesa. Esta serie es muy especial, porque se detiene en estos momentos y, después, corre, tiene un ritmo muy rápido para darte adrenalina. Esa combinación es maravillosa.

La serie está contada en clave femenina.

Sí, pero no hace bandera de nada. Hay una secuencia en el primer capítulo que puede ser feminista. Pero sin él, la serie lo seguiría siendo, porque los personajes femeninos son fuertes. En Bárbara ves reflejada la exigencia de la mujer no solo en el trabajo, que puede tener todo el mundo, también como madre. 

Muchas se sentirán identificadas.

Sí. Además, se ha construido a una mujer que es de verdad, humana, que no es perfecta. Se presenta como una líder, pero no sigue roles masculinos, sino que en algún momento se siente vulnerable, aunque también puede ser determinante, agresiva... A mí, como espectadora mujer, me gustan personajes así: una líder imperfecta y que se equivoca. Me parece más real. En la ficción se ha idealizado mucho el papel de la mujer y desde hace unos años esto ha cambiado. Bárbara forma parte de estos personajes que dan una visión mucho más real de la mujer de hoy en día.

El miedo es muy importante en la serie. ¿Lo ha sentido por ser mujer y, más aún, por ser famosa?

Todo el mundo siente miedo, y más hoy en día que lo tenemos cada vez por más cosas. Por ser mujer también en determinados momentos. Pero al miedo hay que enfrentarse a él. Y es muy bonito que en la serie ves que Bárbara no se ha enfrentado a sus miedos y eso al final tiene sus consecuencias. Porque hay otras cosas que se acaban desmoronando. Yo de este personaje me lo llevo como conclusión.

¿Se lleva un aprendizaje de ella?

Sí. Que los miedos hay que afrontarlos. Aunque hay algunos que te los puedes evitar (ríe). Pero cuando el miedo hace daño, hay que enfrentarse a él. Hay que hacerlo con cariño, pero hay que hacerlo. Es muy bonito ver en esta serie cómo lo cuenta. Porque hasta que Bárbara no esté bien consigo misma, no lo puede estar con su familia.