Josef Albers, Andreu Alfaro, Joan Brossa, Eduardo Chillida, Jean Dubuffet, Marcel Duchamp, Lucio Fontana, Juana Francés, Julio González, Lee Krasner, Pierre Soulages, Manolo Millares, Joan Miró, Barnett Newman, Josep Renau, Eusebio Sempere o Antoni Tàpies, además de una mirada fotográfica en torno a la reconstrucción de la vida cotidiana a partir de las imágenes de Català Roca, de Miguel o los hermanos Mayo, forman parte de la exposición Art en terra erma, 1939-1959 que ha presentado la directora del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) y co-comisaria de la muestra, Nuria Enguita, junto con el delegado territorial en Castellón del Institut Valencià de Cultura (IVC), Alfonso Ribes, en el Museu de Belles Arts de Castelló.

Teresa Millet y Nacho París son los otros dos comisarios de esta propuesta que reúne alrededor de 150 obras pertenecientes, en su mayoría, a la colección del IVAM. Al respecto, Enguita remarca que lo que se pretende es «acercarse a la diversidad de modos de hacer que produjo un contexto histórico determinante: los finales de la Guerra Civil y de la Segunda Guerra Mundial». Mientras que en España se imponía una dictadura, en Europa las tiranías fascistas eran derrotadas. «Son escenarios radicalmente diferentes, pero en ambos ha de edificarse sobre una tierra baldía; en el dolor, entre las ruinas éticas y materiales que la destrucción de una guerra produce; y en condiciones vitales extremas: en el exilio, en la emigración, en la represión», señala la directora del IVAM haciendo referencia al título de la exposición.

Por su parte, Alfonso Ribes valora «la importancia de recibir una exposición del IVAM de estas características», al tiempo que añade que «continuaremos colaborando y trabajando para llevar más proyectos a nuestras comarcas de esta institución fundamental en la historia del arte moderno del territorio valenciano». En este sentido, Ribes recuerda que la apertura de la exposición del IVAM es una de las actividades más destacadas del DIMCAS, el Día Internacional de los Museos de Castelló, que se conmemora durante toda la semana.

Alfonso Ribes, del IVC, acompañado por Nuria Enguita, del IVAM, Nacho París y Teresa Millet. Slowphoto.es

Organización de la muestra

La exposición, que se podrá visitar hasta el 4 de septiembre, está dividida en tres espacios contiguos. Verdor en nuestra tierra árida está dedicado al arte producido durante el primer franquismo dentro de las fronteras del territorio nacional. La cultura falangista y el nacionalcatolicismo propusieron un retorno a formas académicas vinculadas más a la formación del «espíritu nacional» que a la libre expresión individual. Sin embargo, a pesar de la censura, no dejó de haber artistas que intentaron mantener o reinventar aquel espíritu innovador.

La segunda sala, Destierros, reúne trabajos realizados por artistas expatriados, en situación de exilio, emigración o huida. «La guerra ocurrió dramáticamente en los territorios y los cuerpos, pero también en las imágenes y las palabras, en los carteles, en las películas, en la pintura, en la poesía y la novela. Igual que la palabra impresa fue campo de batalla, también fue territorio de acogida para los desterrados», comenta Nacho París.

La presente exposición ofrece un recorrido por el arte producido tras la Guerra Civil española y la II Guerra Mundial. Slowphoto.es

Finalmente, Como quien espera el alba muestra el arte producido en Europa y EEUU tras la traumática experiencia de la guerra. A un lado y otro del Atlántico se impone la sensación de que había que recomenzar, que lo anterior encarnaba un fracaso. «Se recurre entonces a lo espontáneo o a lo irracional, a la exploración de límites de la razón o del conocimiento. Se trata de un esfuerzo por desaprender y empezar de nuevo», explicado por su parte Teresa Millet.

La directora del IVAM recuerda que «estamos viviendo una nueva guerra en Europa, vemos con estupefacción las imágenes de ciudades bombardeadas y de la huida masiva de personas. Y nos preguntamos si hemos dejado de ver los fantasmas de un pasado que proponían un futuro de dominación violento, triste y ajeno, e incluso si hemos olvidado los deseos y los sueños de paz e igualdad que lo combatieron».