El veterano actor Philip Baker Hall, presencia indispensable en las primeras películas de Paul Thomas Anderson y rostro asiduo de algunas de las comedias televisivas más influyentes de las últimas décadas, ha fallecido en su casa de Los Ángeles a los 90 años, según ha confirmado el periodista Sam Farmer, vecino y amigo del intérprete.

Nacido en Toledo, Ohio, en 1931, pasó un tiempo en el ejército haciendo labores de traductor y trabajó como profesor de instituto antes de debutar como actor de cine con casi 40 años en la película ‘Cowards’ (Simon Nuchtern, 1970). A ese primer trabajo le siguieron apariciones episódicas en series como ‘Good times’, ‘M*A*S*H’ y ‘El hombre de la Atlántida’, ganándose una cierta reputación que se disparó notablemente con su interpretación de Richard Nixon en el filme ‘Secret Honor’ (1984), a las órdenes de Robert Altman.

Comedias televisivas

En los años 90, protagonizó una hilarante aparición como detective en la tercera temporada de ‘Seinfield’ que lo consolidó como infalible actor de comedia televisiva (entre las series que se beneficiaron de su talento destacan títulos como ‘Cheers’, ‘Nido vacío’, ‘Larry David’ y ‘Modern Family’).

Paralelamente, su carrera en el cine dio un giro cuando en 1993 aceptó participar en el cortometraje ‘Cigarettes & coffee’, dirigido por un cineasta de solo 23 años llamado Paul Thomas Anderson. Esa película se convirtió en el germen del primer largometraje del director californiano, ‘Sidney’ (1996), en la que Philip Baker Hall repitió como protagonista. Anderson volvió a contar con él en sus siguientes dos filmes, ‘Boogie nights’ (1997) y ‘Magnolia’ (1999).

Tras el cambio de milenio, Philip Baker Hall participó en papeles de reparto en un buen número de películas relevantes (entre ellas, ‘Dogville’, ‘Zodiac’ y ‘Argo’) y en 2018 se despidió de la interpretación con el cortometraje ‘Dear chickens’, de Mauro Mueller, que le granjeó el premio al mejor actor en el festival Filmets de Badalona.