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Entrevista

Grady Hendrix, novelista: "Hay una premisa en las novelas de terror: lo malo va a volver con represalias"

"En las historias de exorcismos la persona poseída no suele tener mucha relevancia, sí el cura o la santidad: quise cambiar ese paradigma"

Grady Hendrix se burla en una de las salas de estar del hotel en el que se alojó este pasado festival Celsius. | María Fuentes

Al escritor norteamericano Grady Hendrix –es de Charleston, en Carolina del Sur– se le ocurrió un día que si hay casas embrujadas, por qué no iba a haber grandes almacenes embrujados. Y le salió "Horrorstör" (Hidra). Lo del terror cotidiano le llevó a "El exorcismo de mi mejor amiga" (Minotauro) e, inmediatamente, a "Guía del club de lectura para matar vampiros" (Minotauro): dos novelas de terror que se desarrollan a finales de los ochenta en barrios en los que el propio escritor se educó. De todo esto ha hablado estos días en el festival Celsius 232 de literatura fantástica, ciencia ficción y terror. Y de eso habla también con este diario con la ayuda de la intérprete Virginia de la Fuente.

–¿Dan más miedo los ochenta o estos años de ahora?

–No, desde luego que no. Ahora todo es mucho peor.

–¿Qué fue lo que le llevó a escribir "El exorcismo de mi mejor amiga"?

–Principalmente, escribí esta novela por un tema económico: necesitaba dinero. Quería publicar otro libro y había aportado varias ideas al editor, pero ninguna parecía interesarle. Así que, de repente, llegué a este título de "El exorcismo de mi mejor amiga", pero sin ninguna idea. Sólo el título. Y al editor le gustó. La novela está construida en torno a la idea de que la fe ya no es la misma que en los setenta. Creo que ahora se tiene más fe en la amistad que en la religión. La amistad es algo muy poderoso y la etapa en que sus vínculos están más ligados es en la adolescencia. Así lo sentí yo. La novela se emplaza en los ochenta, que es cuando yo estaba en el instituto. La segunda razón para escribir esta novela es que en las historias de exorcismos la persona poseída no suele tener mucha relevancia, sí el cura o la santidad. Quise cambiar el paradigma de las novelas de exorcismo y dar protagonismo al poseído.

–En "El exorcismo de mi mejor amiga" los padres son los malos, pero los salva en "Guía del club de lectura para matar vampiros".

–En "El exorcismo de mi mejor amiga" los padres tienen que ser los malos porque me centro en la peripecia de los adolescentes. En "Guía del club de lectura para matar vampiros", el protagonismo es para las mujeres, por lo tanto, los maridos son los malos.

–Mezcla la madre perfecta y la urbanización perfecta con el perfecto vampiro.

–En la década de los noventa la vida parecía idílica: todo era perfecto, la economía iba increíble; vivir era fácil. La verdad es que nada más lejos de la realidad. Había bastantes cosas que estaban bastante mal y que se guardaban debajo de la alfombra, pero no se quería perturbar la bonanza económica. Con lo cual, todo se ignoraba. Los problemas ocultos del pasado han venido a darnos un buen golpetazo al presente. Viene pasando desde la guerra de Iraq, el ataque al World Trade Center o el colapso de los grandes bancos.

–¿Ha estallado en Estados Unidos una burbuja social?

–En las novelas de terror siempre hay una premisa: lo malo va a volver con represalias. Y eso es lo que nos está pasando. Y es lo que aparece en la novela.

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