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Álbum olvidado

'Watertown', cuando Frank Sinatra fue un perdedor

Se reedita álbum conceptual 'Watertown', el mayor fracaso comercial de Sinatra, que con los años se ha convertido en disco de culto

Frank Sinatra, en una foto promocional de ’Watertown’. FRANK SINATRA ENTERPRISES

En marzo de 1970 Sinatra lanzó 'Watertown', un disco conceptual que cuenta la historia de una ruptura. 'La voz' encarna a un hombre sencillo y trabajador abandonado por su mujer, que le deja con sus dos hijos en una pequeña ciudad de provincias para ir en busca de una vida distinta. Con 54 años y una carrera sin igual, Frank Sinatra había cantado muchas historias de desamor. Pero nunca una como esta. "La culminación de 31 años de experiencia. Y una vida vivida al máximo.

Cuando parecía que 'el hombre' había alcanzado su cima, llega un nuevo hito, anunciaba una cuña publicitaria de radio de la época. Pero lo que llegó fue un fracaso comercial sin precedentes en la carrera de Sinatra. De las 450.000 copias que se fabricaron solamente se despacharon 35.000. Un año después, Sinatra anunció que se retiraba del mundo del espectáculo. Volvió en 1973 por todo lo alto, pero de aquellas canciones no quiso saber nunca nada más. Ni él, ni su discográfica, ni su público. 'Watertown' quedó como un paso en falso, casi un accidente en su carrera. El disco con el que Frank Sinatra quiso coger el tren de la modernidad y fracasó. Y sin embargo 'Watertown', que cuenta la historia más triste jamás cantada por Sinatra, suena hoy más contemporáneo que muchos de sus discos más aclamados y ha adquirido categoría de álbum de culto

Historia de un abandono

La nueva edición de 'Watertown', remezclado y remasterizado a partir de las grabaciones originales, contiene algunas tomas alternativas y poco más. Lo importante estaba todo en el disco de 1970. En canciones que parecen cartas que nunca llegarán a su destinataria, el protagonista desvela poco a poco la historia. Ocurre en Watertown, una ciudad pequeña que podría ser cualquiera y en la que, como dice la letra de la canción que da título al disco, nunca pasa nada y "el crimen perfecto consiste en matar el tiempo". El protagonista cuenta que ella, Elizabeth, le dijo adiós sin lágrimas, sin gritos, en una cafetería. Que en los días buenos consigue olvidar que ella ya no está, pero que entonces, sin mala fe, algún vecino se lo recuerda. "Necesitas compañía", le dicen.

De las 450.000 copias que se fabricaron solamente se despacharon 35.000. Un año después, Sinatra anunció que se retiraba del mundo del espectáculo

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Explica en 'Michael & Peter', una de las canciones más estremecedoras del álbum, que su hijo Michael se parece cada día más a ella. Pero también le dice que de haber sabido lo que sabe ahora -¿una infidelidad?-, la querría igual. "Lo que pasó, pasó, lo sé todo y podemos volver a empezar", canta entre implorante y magnánimo en 'What’s now is now'. Sinatra se perdona y la perdona. Le explica a Elizabeth que la echa de menos. Que intenta entenderla, que ayer mismo compró una pequeña casa en el campo. Y que por encima de todo, espera que vuelva. Pero Elizabeth no vuelve. La última canción, 'The train', acaba con Sinatra en la estación, buscándola con la mirada entre los pasajeros que bajan del tren. Un hombre solo, desorientado, superado por un mundo que ya no reconoce. Es una de las imágenes más desoladoras del disco. Y probablemente, de toda la discografía de Sinatra. 

'Watertown' cuenta la historia de un hombre roto. Pero también es el retrato de un orden social que se desmorona

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'Watertown' cuenta la historia de un hombre roto. Pero también es el retrato de un orden social que se desmorona. En 1970, una mujer que abandona a sus hijos era una aberración para los Estados Unidos que habían crecido adorando a Sinatra. Una enmienda a la totalidad del modelo de familia norteamericana de la posguerra. Probablemente era demasiado incluso para el propio Sinatra, que aún así, tuvo la valentía de ponerse en la piel de un personaje que no era el suyo y explorarlo hasta las últimas consecuencias. A pesar de que con 54 años ya no era el cantante que fue, su interpretación del hombre sencillo y de ambiciones pequeñas es magistral.

Culpa de Frankie Valli

En 1969, The Four Seasons, el grupo pop en el que cantaba Frankie Valli, publicó su disco más extraño, 'The genuine imitation life gazette'. Un álbum conceptual de tono psicodélico que hacía una sátira de la sociedad norteamericana. Valli, admirador y amigo de Sinatra, le propuso grabar algo parecido. De hecho, Sinatra había sido pionero en este campo. Algunos de sus álbumes más aclamados de los años 50, 'In the wee small hours' y 'Songs for swingin' lovers', eran colecciones de canciones cuidadosamente elegidas y ordenadas para explorar un estado de ánimo concreto. Pero lo que Valli tenía en mente era otra cosa, un disco conceptual acorde con los tiempos marcados por las audacias de The Beatles o The Beach Boys. Le propuso a Sinatra que probara con el equipo que había compuesto el disco más osado de The Four Seasons, los jóvenes y desconocidos Bob Gaudio y Jake Holmes. Y Sinatra accedió. 

Lo que le entregaron Gaudio y Holmes fue una maqueta con diez canciones más otra de propina dedicada a Billie Holiday, 'Lady day', que no formaba parte de la historia de 'Watertown'. Sinatra, gran admirador de la cantante, quiso grabarla de todos modos, aunque quedó fuera del álbum original. La música se grabó en Nueva York y Sinatra le puso luego la voz en Los Ángeles, algo que apenas hizo a lo largo de su carrera. Si algo odiaba Sinatra era grabar a solas en el estudio y con auriculares. Y aun así, también aceptó. Entre esas diez canciones no había ninguna que oliera a 'hit'. Los arreglos de orquesta, melancólicos, sombríos y extravagantes, eran extraños para un disco de Sinatra. La portada, con un dibujo que evoca la melancolía de esa ciudad imaginaria, también. El rostro de Sinatra, estampado en la tapa de todos sus álbumes, no aparecía por ningún lado. Nada en 'Watertown' era lo que se esperaba de un disco suyo. No contentó a sus fans de siempre ni por supuesto llegó al público del rock, que estaba en otras cosas. Y sin quererlo, el fracaso comercial de 'Watertown' es un reflejo perfecto de la historia que se cuenta en su interior. Un hombre atrapado en un pueblo que es el pasado, incapaz de entender los nuevos tiempos, mientras el futuro se aleja. 

¿Sinatra, por Albert Serra?

Las circunstancias tampoco ayudaron. El plan era promocionar 'Watertown' con un especial de televisión en el que Sinatra cantaría el disco entero. Pero por entonces Sinatra se había alejado de las cámaras -su carrera cinematográfica estaba en caída libre- y el proyecto quedó olvidado. Aunque quizás un día la historia llegue a la gran pantalla. El cineasta Albert Serra es uno de los muchos admiradores que en las últimas décadas han descubierto en 'Watertown' lo que el público de Sinatra no supo o no pudo ver en su día.

El director, cuya última película 'Pacifiction', llega a los cines en septiembre, descubrió el disco hace veinte años. Le cautivó por su sonido y por su potencia evocadora, y pensó en convertirlo en una película. "La historia es muy importante, claro", dice Serra a este diario. "Pero a mí lo que me interesó más fueron las atmósferas. Tiene atmósferas muy potentes. Escribí un guión entero para el disco, con escenarios reales. No descarto que algún día se pueda rodar".

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