Tras el éxito de la presentación del libro Pan para las luciérnagas en la Bohemia, agotando existencias en tan sólo un día y el gran recibimiento en librerías de Castellón traducido en demandas, El Periódico Mediterráneo ha contado con el joven literato que se esconde detrás de sus páginas para descubrir aquello que le hace tan especial a su novela. Quizás por su riqueza lingüística, su trama, el desarrollo de los personajes, en particular del protagonista o por la tradicionalidad y el arte que aguarda la ambientación. O la calidad en su conjunto, que parte de una mente culturizada, la mente de un joven escritor prosélito, Diego Peris Lleó, quien es crítico de cine también y se graduó en Turismo por la Universitat Jaume I (UJI).

Bajo un día nuboso y nada bello, dos personajes reales se encuentran en un lugar característico de la localidad castellonense. Los asientos, percibidos como bancos, se encuentran deteriorados por el paso del tiempo y el inexistente cuidado de la sociedad, que contrastan con un paisaje luminoso y colorido que representa un edificio festivo junto a una naturaleza tupida y glauca, pese a la falta de la gran estrella. No obstante, uno de los personajes, Diego Peris, es el protagonista en ese instante para desvelar qué hay detrás de un libro como Pan para las luciérnagas, una trama, un personaje, un realismo emotivo, un género dudoso… 

Diego Peris, durante la entrevista. Iris Tena

Tras ser preguntado por el otro personaje, una joven mujer audaz en su vestimenta y dedicada al mundo periodístico, el neófito escritor responde acerca de la temática de la novela: «Soy partidario de que sea el propio lector el que me ayude a mí a saber especificar cuál es la temática exacta de un libro que toca muchas aristas diferentes tanto temáticas como morales». 

Hay canciones que nos pueden «dar ganas de bailar», pero a otras personas, en cambio, les puede producir «tristeza, angustia u otro sentimiento diferente». «Esto sucede con cualquier manifestación artística en general, por lo cual interpretar de qué va mi libro y lo que ha de transmitir lo dejo en manos de todos aquellos que se atrevan a leerlo y que sean ellos mismos quienes respondan a dicha pregunta», afirma Peris, mientras el temblor de sus piernas se intensifica paulatinamente, al encontrarse desorientado por ser su primera entrevista, en exclusiva para El Periódico Mediterráneo

Ubicaciones con vida propia y un género en estado incierto

Respecto a la localización, es una trama «multiescenario», aunque, generalmente, la mayoría de la novela se desarrolle en Los Monegros, en la provincia de Huesca. «Hay otras ubicaciones pretéritas» y presentes durante el transcurso del argumento como puede ser el norte de España o la costa catalana de Girona en especial el municipio de Cadaqués. 

El día que surgió la idea de escribir Pan para las luciérnagas el joven se encontraba con dos de sus amistades más allegadas charlando acerca de las diferencias entre crear o concebir una historia (un libro, una película, una serie, una obra de teatro…) en base a la ambientación de la misma reparando siempre en las situaciones. Explica el escritor, al tiempo que se le entrecierran sus ojos a causa de la escasa luz del momento: «No sería lo mismo la ambientación de una novela de misterio en una Suecia fría, noctámbula y solitaria o en la Nueva Orleans calurosa, ritualista y profunda que contar la historia en Port Aventura». El efecto no es el mismo, lectores. 

«Por ello, Los Monegros, una comarca entre Zaragoza y Huesca (Aragón), tiene mucha magia cara a esa ambientación de una historia de corte negro, pese a no resolverse ningún misterio, pero sí tratarse de un conjunto de misterios que perciba, averigüe y verbalice cada persona cuando esté leyendo el libro», aclara Peris, gesticulando cuantiosamente en comparación a las anteriores veces.

Con un lenguaje costumbrista, cuyas referencias parten del escritor Camilo José Cela y del cantautor Joan Manuel Serrat, y con otro más macabro y sádico, como fruto de inspiración en Quentin Tarantino, consigue establecer el realismo y el sensacionalismo, no periodístico sino humano, de un entorno rural y festivo y de unos hechos traumáticos que protagoniza un personaje. Un claro ejemplo podría encontrarse en la escena propia del inicio de Kill Bill 2, no por lo general, pero sí como referente en algún momento de la historia de Pan para las luciérnagas.

Un protagonista en su quinta ola

En un primer momento la intención del autor era realizar una disección de personajes, en este caso, del protagonista, de Belisario. Un nombre pintoresco y estrafalario, por lo que Peris confiesa, totalmente absorto en su personaje ficticio: «Para mí era importante jugar con las barreras morales de la pena, el olvido, el recuerdo, la cordura, la locura, es decir, de cualquier sentimiento humano que entre en esa subasta que a veces los hombres tenemos en momentos complicados de nuestras vidas». En definitiva, un personaje atormentado como engranaje de la trama. 

Una portada con secreto, más misterioso incluso que el de los Marrowbone 

«Cuando estaba escribiendo mi novela por puro entretenimiento, vocación y pasión por contar la historia que había concebido, tenía en mente, si se llegase a editar, que la carátula del libro tendría como firma la del pintor Carlos Lleó, mi tío», revela el autor. Por su forma de pintar, siempre había representado a Peris, quizás porque generalmente también ha pintado «motivos muy costumbristas» como las propias festividades de Castellón, el «canonismo» relacionado con la localidad como, por ejemplo, la Magdalena. La editorial Sar Alejandría se lo permitió, por lo que el escritor se lo agradece.

En la portada se percibe dos figuras orográficas de la geografía de Los Monegros, una especie de rocas que la erosiona a pulido dejando una forma característica sobre el terreno y dos personas sentadas en uno de ellos. «Invito a los lectores a que descubran de qué se trata», advierte el joven novelista. 

Portada de 'Pan para las luciérnagas'. Iris Tena

Prediciendo el futuro como en Tenet, pero sin ser trágico

«De manera inconsciente, un escritor, cuando termina de escribir su novela, siempre va buscando continuaciones a las historias, maneras de resolver entuertos que quizás no estén del todo resueltos, uno tiende a imaginar que ningún universo creado por sí mismo termina en el momento en el que un lector cierra la tapa del libro», repara Peris, dejando caer la posibilidad de una continuación.

Esto de la escritura es, para el joven, como el dulce. Cuando se come el primer bombón, luego va a por el segundo y el tercero y probablemente acabe comiéndose la caja entera. «Estoy escribiendo una segunda novela. Mi sed creativa no se ha acabado con Pan para las luciérnagas, estoy escribiendo un libro en el que la temática y la narrativa no tiene demasiado que ver con el primero», apunta el autor en exclusiva. Con el paso del tiempo, la primera persona que tendrá muchos más detalles de la nueva novela será la joven periodista, el otro personaje que consigue tales respuestas del escritor, que cierra esta historia real para abrir muchas otras protagonizadas por Diego Peris Lleó.